Envuelto en escándalos y tras imponer una impopular cuarentena que ni él respetó, Boris Johnson cae en las encuestas y los dirigentes de su partido piden que dé un paso al costado para no ser derrotados por el Laborismo.

El primer ministro británico, Boris Johnson, atraviesa un momento crítico de su gobierno. Lejos quedó el 45% de apoyo popular que consiguió en 2019, y luego de 2 años de pandemia, la imagen del líder conservador está por el piso.

Esta semana, el Partido Conservador perdió la banca en el Parlamento en el distrito de North Shropshire, que había sido de los tories en 188 de los últimos 190 años. La banca la ganó Helen Morgan, una feminista del Partido Liberaldemócrata, rompiendo con siglos de bipartidismo en el distrito entre los conservadores y los laboristas.

La derrota en North Shropshire fue la gota que rebalsó el vaso, y varios dirigentes conservadores salieron a pedir un cambio de rumbo total en el gobierno o la dimisión de Boris.

Las encuestas indican una estrepitosa caída del Partido Conservador a nivel nacional. La intención de voto de los tories cayó al 35% mientras que la de los laboristas, que hace poco expulsaron al comunsita Jeremy Corbyn de la dirigencia del partido y lo reemplazaron por el centrista Keir Starmer, sondea en 40%.

La caída del liderazgo de Boris es tan fuerte, que muchos diputados conservadores ya no apoyan más las leyes que presenta. Esta semana, presentó una ley para fortalecer las restricciones sanitarias por la variante Ómicron, y 98 diputados conservadores votaron en contra. Finalmente fue aprobada porque contó con el apoyo de los laboristas.

Escándalos en el seno del gobierno

Los malos resultados electorales tienen un correlato directo con las brutales cuarentenas que ha impuesto el premier durante la pandemia y los múltiples casos de corrupción que ciernen sobre su gobierno.

La Junta Electoral británica ha abierto una investigación por indicios de irregularidades en la reciente reforma edilicia del Número 10 de Downing Street, la residencia oficial de Boris. Se investiga si se utilizaron fondos públicos excesivos para la reforma de la casa de gobierno.

Los primeros ministros en el Reino Unido están autorizados a utilizar 30.000 libras de fondos públicos para reforma su vivienda oficial cada año, sin embargo varios medios británicos especulan que la suma que Johnson podría haberse gastado este año alcanzaría las 200.000 libras. Johnson asegura que ha pagado la reforma de su bolsillo, pero no ha precisado cuánto se ha gastado ni como ha conseguido dicho dinero, y la investigación sigue en curso desde abril.

Pero el más grande escándalo estalló esta semana, cuando se filtró que Boris Johnson celebró varios festejos navideños en Downing Street el año pasado, por lo menos 7, mientras imponía duras cuarentenas para los británicos.

En concreto, los medios ingleses hablan de una serie de fiestas de fin de año que violaron todas las restricciones sanitarias que él mismo había impuesto. El 13 de noviembre del 2020 habrían celebrado con un brindis la salida de Dominic Cummings y Lee Cain del gobierno, dos funcionarios de derecha que Boris expulsó del gabinete.

El 27 de noviembre, otro funcionario de derecha, Cleo Watson, abandona el gobierno. Nuevamente, Boris da un brindis en las oficinas gubernamentales, sin respetar el límite de personas en lugares cerrados ni el distanciamiento social.

El 10 de diciembre, el Departamento de Educación, ubicado a una cuadra de la casa de gobierno, lleva a cabo un brindis de fin de año, de vuelta, sin respetar las normas sanitarias. El 14 de diciembre, lo mismo ocurre en la sede del Partido Conservador, en la que Boris Johnson habría concurrido, aunque no está confirmado.

El 18 de diciembre ocurre la fiesta más polémica de todas. Boris Johnson celebra una “Navidad anticipada” en Número 10 de Downing Street con más de 50 invitados, donde juegan juegos de mesa, toman tragos y se dan regalos por las fiestas. En ese momento, por misma orden ejecutiva del primer ministro, solo 10 personas podían juntarse en un lugar cerrado.

Por último el 20 de diciembre, según se registró en fotos, Boris Johnson hace otra fiesta en la casa de gobierno, esta vez por videollamada con los demás ministerios del gobierno. Pero según reveló la prensa, en cada edificio gubernamental se reunieron todos los funcionarios del departamento, a pesar de que en ese momento se pedía que los empleados trabajen desde sus casas.

Fuente: Derechadiario.com.ar

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