Redacción BLes – Unos heroicos pilotos lucharon durante cinco horas para evitar que un avión “fuera de control” se estrellara en Siberia, salvando a casi 200 personas, entre ellas 25 niños, de una muerte segura.
El aterrador incidente se produjo cuando el Airbus A321 de la compañía S7 se precipitó hacia el suelo poco después de despegar del aeropuerto de Magdan, en el este de Rusia.
Apenas cinco minutos después del despegue, el piloto automático del avión falló, la electrónica no funcionó y el fuselaje se cubrió de hielo.
A pesar de realizar muchos circuitos en el aire y hacer una llamada de emergencia, el Daily Mail informó de que los pilotos no pudieron verter suficiente combustible para aterrizar en el aeropuerto de salida.
En lugar de volar hasta el destino final, Novosibirsk, los pilotos se vieron obligados a conducir el avión sobre Siberia.
Mientras los pasajeros entraban en pánico, “gritaban y rezaban”, los pilotos tuvieron que seguir volando por encima de las montañas hasta el siguiente aeropuerto más cercano: Yakutsk, la ciudad más fría del mundo.
El avión se estabilizó después de casi una hora, pero los pilotos tardaron tres horas en alcanzar los 32.000 pies de altura.
Sin embargo, la tripulación no aterrizó en Yakutsk, que era demasiado fría, con 30 grados bajo cero.
Volaron a Irkutsk, donde la temperatura era de 1 grado bajo cero y realizaron un aterrizaje de emergencia seguro para alegría de los pasajeros.
El avión “se metió en una zona de grave congelación, lo que provocó la desconexión del piloto automático”, declaró S7 Airlines, una de las principales compañías aéreas rusas que forma parte de la alianza “Oneworld” con British Airways.
Tras inspeccionar el Airbus, los responsables sospecharon que el spray desodorante utilizado en Magadán era defectuoso.
“Cinco minutos después del despegue, el avión empezó a perder altura bruscamente”. Dijo un pasajero llamado Stanislav Kuimov, según el New York Post. “Salimos despedidos hacia abajo y hacia arriba”.
“El traqueteo de las alas, el crujido del fuselaje, el ruido del viento, el rugido de los motores, las bolsas cayendo de los portaequipajes… el horror”. añadió Kuimov.
“Comenzó un fuerte golpeteo, el avión se movía de un lado a otro”. Otro pasajero dijo: “Luego el frente del avión bajó bruscamente y nos precipitamos a gran velocidad”, entonces “la gente gritaba y empezaba a rezar, nadie entendía nada”.
Se ofrecieron bebidas y comida a los aterrorizados pasajeros, y posteriormente vuelos en otros aviones.
El alcalde de Magadán, Yury Grishan, elogió la “gran profesionalidad, el valor y la calma” de la tripulación durante el incidente.
El Comité de Investigación de Transportes de Rusia y la Fiscalía de Transportes de Baikal-Angarsk también están investigando el aterrador viaje.
Amy Laurence – BLes.com