La Administración demócrata anunció un fondo de 1900 millones de dólares para impulsar el mercado laboral en Centroamérica, lo cual no resuelve en lo inmediato la crisis en la frontera, donde se espera la llegada de una nueva caravana con cerca de 15000 migrantes.
En marzo de 2021 el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, designaba a su vicepresidente Kamala Harris como la encargada de la crisis fronteriza que azotaba y sigue azotando al país. El mandatario aseguró en aquel entonces que ella era la «persona más cualificada» para desempeñar dicha función. Sin embargo, luego de más de un año los resultados son escasos. Harris luce completamente ausente del problema salvo por sus pocas visitas a países centroamericanos y uno que otro anuncio.
El último lo dio a conocer hace pocas horas, adelantando que 1900 millones de dólares saldrán del sector privado para impulsar el mercado laboral en Centroamérica. Es un nuevo intento por atacar las «causas fundamentales» defendidas por la Administración demócrata, que en paralelo rechaza revisar decisiones como la derogación de numerosas leyes migratorias emitidas durante la presidencia de Donald Trump.
Pero ese donativo no ha sido el único. El año pasado anunció un fondo similar por 1200 millones de dólares que tampoco fue efectivo. Las cifras de cruces ilegales en la frontera sur de EE. UU. siguen aumentando a pasos agigantados, amenazando con superar el acumulado del año fiscal 2021 que finalizó en septiembre.
Lo que demuestran estos intentos es que además de ser insuficientes, no atacan de raíz la crisis fronteriza en Estados Unidos al no restablecer o implementar regulaciones eficientes. Congresistas, gobernadores y otras autoridades han advertido que si el problema persiste, será difícil para la Unión Americana mantener a los migrantes y sostener el sistema social y económico.
El chantaje de la caravana en México
Mientras se activa esa medida de contingencia, el problema se desborda en el lado mexicano. Una caravana conformada por unas 5000 a 15000 personas partió este 6 de junio con el objetivo de alcanzar el «sueño americano». También quieren llamar la atención a propósito de la Cumbre de las Américas que se celebra en Los Ángeles. La mayoría son venezolanos y centroamericanos, según el reporte de la agencia EFE.
En noviembre de 2021 una caravana similar con 3000 personas también partió desde ese país. El razonamiento de voces como la del fiscal general de Texas, Ken Paxton, fue que la Administración Biden no estaba haciendo lo que debía hacer para detener esto. «De hecho, los están invitando», dijo en ese momento.
Puede que esté en lo cierto si se escuchan en detalle las declaraciones de quienes integran la nueva caravana. Ellos exigen documentación que les permita residir en México hasta que puedan emigrar a EE. UU. Si el gobierno de Andrés Manuel López Obrador les concede visas, los migrantes aceptarían permanecer por más tiempo en México. Es decir, estos grupos están imponiendo las condiciones, demostrando que el problema se salió de las manos tanto para el gobierno estadounidense como para el mexicano.
🔹 Una nueva caravana con cientos de migrantes partió el lunes del sur de #México con el objetivo de llegar a Estados Unidos. El viaje fue programado con la intención de coincidir con la #CumbredelasAméricas que se realiza en Los Ángeles, California. pic.twitter.com/VFy1AxJjRq
— Voz de América (@VozdeAmerica) June 7, 2022
Las cualidades de un verdadero zar fronterizo
Es probable que la caravana que partió de México continúe su camino, ya que el fondo de 1900 millones de dólares irá destinado a planes a largo plazo. En pocas palabras, no es un medida de resultados inmediatos. Lo que ocurra con los cerca de 15000 migrantes dependerá de las decisiones que tome el gobierno de AMLO.
Esta ineficiencia del gobierno de Biden y de su «zar fronterizo» es otro de tantos problemas que le merecen una lluvia de críticas. Mark Morgan, exjefe de la Patrulla Fronteriza de EE. UU. describió al New York Post las cualidades que sí debe tener el encargado de una crisis fronteriza:
«Debe ser un líder que reconozca que la seguridad fronteriza es seguridad nacional, proporcione a la CBP los recursos de los que se les ha privado, tome medidas para proteger a las comunidades estadounidenses de los narcóticos letales y no permita que se tomen decisiones sobre políticas de seguridad fronteriza guiados por activistas de fronteras abiertas».
Pero desde la Casa Blanca demuestran lo contrario. En abril se registraron 234.088 cruces ilegales a EE. UU. con 96908 deportados bajo el Título 42. Otra medida migratoria del gobierno de Donald Trump que la Administración demócrata quiso anular. Propósito que no logró gracias a un fallo de la justicia.
Por Oriana Rivas – Panampost.com