Redacción BLes– Hay sucesos sencillos que pueden provocar resultados tremendamente imprevistos.
Tales podrían provenir de un incidente común en el que un pequeño y delgado teléfono inteligente se escapa de su dueño en un rincón complicado, especialmente durante un vuelo.
Un pasajero de un vuelo de Qantas a Melbourne en 2018 cayó en una situación así. Su teléfono se acurrucó en el lateral del asiento del pasajero. Su reacción natural fue intentar pescarlo.
Al poco tiempo, el aparato empezó a echar humo y el fuego se desarrolló tan rápido que la tripulación tuvo que sofocarlo con extintores, informó el Sun. El avión fue desviado posteriormente a Sydney.
Por ello, la Autoridad de Seguridad de la Aviación Civil de Australia introdujo una nueva precaución de seguridad para los pasajeros de los aviones. La directriz decía que, para evitar un posible incendio, los usuarios de teléfonos inteligentes no debían mover sus asientos y, en cambio, debían alertar al instante a la tripulación de cabina si creían haber perdido su teléfono en un lado de su silla.
“Los teléfonos inteligentes pueden caer en los mecanismos de los asientos de los aviones y ser aplastados cuando se mueve el asiento”, explicó la agencia en un comunicado. “Esto puede provocar daños en la batería de litio del teléfono, lo que puede causar un sobrecalentamiento e incendio”.
“… Si un teléfono está dañado, la tripulación de cabina debe ser alertada inmediatamente”, continúa el comunicado.
Las baterías de litio, no obstante, pueden arder por sobrecalentamiento aunque no estén dañadas. En 2017, hubo 46 incendios de baterías de iones de litio en vuelos de todo el mundo, según la Administración Federal de Aviación (FAA).
Este agosto, un vuelo de Nueva Orleans a Seattle fue evacuado cuando el Samsung Galaxy A21 de un pasajero se calentó repentinamente y empezó a echar chispas tras el aterrizaje. Funcionarios del puerto de Seattle dijeron que se quemó “hasta quedar irreconocible”. Además, una serie de dispositivos smartphone Galaxy de 2016 fueron retirados del mercado por su propensión a explotar.
Además, no es menos peligroso si el teléfono se deja en el equipaje facturado. Como el equipaje facturado se guarda en la bodega inferior, los miembros de la tripulación no comprenderían rápidamente dónde y cómo se ha procedido una vez que se inicie un incendio.
“Me preocuparía que se produjeran incendios en la bodega inferior”, dijo el piloto de la aerolínea Patrick Smith. “…Las bodegas están equipadas con sistemas de supresión de incendios, pero estos sistemas no siempre son eficaces contra ese tipo de fuegos [que provienen de baterías de smartphones dañadas]”.
La FAA ya no permite el transporte de baterías de litio como carga de pasajeros, y las aerolíneas sólo las aceptan como equipaje de mano.
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