A seis meses de la promulgación de los recortes tributarios, promovidos por el presidente Donald Trump, es notable el crecimiento económico obtenido por los latinos, las mujeres y las pequeñas empresas.

Efectivamente, estos segmentos de la población están experimentando una mejora en todos los indicadores socioeconómicos que no tiene precedentes en la historia de los Estados Unidos, así lo reseña el editor ejecutivo e investigador Justin Haskins en una columna publicada esta semana en Washington Examiner.

En diciembre del año pasado, los republicanos aprobaron la Ley de Recorte de Impuestos y la Ley de Empleo, a la cual se opusieron los demócratas argumentando que solo beneficiaría a las corporaciones ricas a expensas de la población. Más aún, Nancy Pelosi, la líder de la minoría de la Cámara de Representantes, calificó los beneficios para la mayoría de los contribuyentes como “migajas”.

No obstante, los resultados obtenidos por la histórica rebaja de impuestos han sido muy positivos justamente para el segmento poblacional que la oposición demócrata decía estar defendiendo.

Por ejemplo, -detalla Haskins– en enero la tasa de desempleo de los negros era del 7,7 por ciento y ya para mayo había disminuido al 5,9 por ciento, la más baja que se tenga registro. El indicador resulta todavía más impresionante si se considera que nunca había bajado del 7 por ciento.

Las tasas de desempleo para hispanos y asiáticos también han llegado a mínimos no vistos antes.

Asimismo, las mujeres han experimentado beneficios económicos sin precedentes, el porcentaje de desempleo actual del 3,3 está en vías de batir el récord de 1953.

La Oficina de Estadísticas Laborales, BLS por su sigla en inglés, informa que el incremento salarial para el primer trimestre de 2018 ha sido el más alto registrado desde la recesión de 2008.

Otro de los indicadores, como las inscripciones a servicios sociales, han disminuido sustancialmente, al igual que la solicitud de cupones alimenticios, que ha caído 1.1 millones en el primer trimestre de este año.

Kevin Brady, Representante Republicano por Texas, durante el proceso de aprobación de la Ley de Recorte de Impuestos y Ley de Empleo.

Es cierto que las corporaciones también han sido beneficiadas con la reforma -cuyos impuestos fueron reducidos del 35 por ciento al 21 por ciento- a fin de hacerlas más competitivas a nivel del mundo industrializado, pero, con toda claridad, no han sido las únicas favorecidas: las cifras demuestran que las políticas de impuestos aplicadas por el mandatario estadounidense han sido benéficas a todos lo niveles de la población americana.

En este marco, las pequeñas empresas también han notado un incremento notable de sus ganancias. La Federación Nacional de Negocios Independientes, NFIB según la sigla en inglés, informó que su Índice de Optimismo de Pequeñas Empresas alcanzó el nivel más alto desde que empezaron a hacer esta encuesta, hace 45 años.

“Está en una trayectoria estratosférica gracias a los recientes recortes de impuestos y cambios regulatorios”, destacó al respecto Juanita Duggan, presidente y CEO de la NFIB.

Ante estos indicadores, ¿admitirá Pelosi y el resto de los demócratas que sus argumentos fueron erróneos? ¿O al contrario, seguirán defendiendo la implementación de impuestos más altos y un mayor control gubernamental sobre los sectores productivos? Los éxitos de esta histórica reforma tributaria ilustran claramente que cuando las personas tienen el poder de quedarse con el dinero de su propio esfuerzo, todos en la sociedad se benefician.

Jose Ignacio Hermosa – Bles

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