Con base en reportes cada vez más veraces, van ganando fuerza las denuncias que indican que una gran parte de las familias más poderosas del mundo, conocidas como la élite, viene ejerciendo su asfixiante influencia con el velado propósito de orientar a la humanidad, paulatinamente, hacia el canibalismo.
De hecho, causa estupor la información que está saliendo a la luz sobre el uso creciente de miembros y órganos de fetos abortados en los procesos de elaboración de alimentos, incluyendo la incorporación de tejidos como ingredientes, es decir generando canibalismo sin el conocimiento de la población.
Se trata de un perverso adoctrinamiento inconsciente que va insensibilizando a la sociedad de modo que cada vez se hagan más comunes las tendencias hacia la antropofagia.
A continuación exploraremos algunos de los distintos usos que se les da a los tejidos de embriones, fetos y bebés nacidos muertos, y que exponen las características de este plan macabro.
El uso de tejidos fetales en saborizantes
Una de las empresas acusadas de realizar esta escalofriante acción es Senomyx, la cual se dedica a crear saborizantes y aromatizantes para productos alimenticios.
Entre los clientes de Senomyx se encuentran compañías renombradas como PepsiCo, Nestlé (sopas Maggi), el fabricante de chicles Cadbury Adams LLC (Trident, Dentyne, Freshen Up, Bublicious y pastillas Halls), una división de Kraft Foods, Sopas Campbell y otras empresas, generalmente comercializadoras internacionales.
Las investigaciones señalan que, como parte de sus procesos, esta compañía estadounidense usa células tomadas de riñones de fetos para utilizarlas como indicadores del efecto que los sabores tendrán en el paladar de los consumidores. De esta forma, se cree que ahorra muchísimo tiempo y dinero ya que de otra manera estas pruebas tendrían que ser realizadas por catadores especializados.
Según estas fuentes, en la creación de aditivos alimentarios, Senomyx aísla los receptores que se encuentran en las células del riñón de los embriones humanos y que reaccionan ante el sabor. Con ellos prueban miles de aditivos para saborizantes potencialmente comerciales, y obtienen gustos dulces o salados a una velocidad que sería imposible con los probadores humanos.
En una escalofriante aplicación de la ciencia al más puro estilo Frankenstein, esta empresa usaría las células de origen fetal a modo de sensores, específicamente las de la línea conocida como HEK 293, sigla que identifica a las células de riñón del embrión humano.
El medio Miami New Times menciona que aunque Gwen Rosenberg (vice presidente de inversiones y relaciones públicas de Senomyx) afirma que no hay nada en el sitio web de la compañía que vincule a Senomyx con HEK293, existe una patente emitida a su nombre, en 2008, que contiene el nombre de las células, lo que resulta –al menos- contradictorio.
Para Gwen ese sistema funciona de una manera “robótica” usando filas de platillos plásticos con cientos de indentaciones (pequeñas protuberancias) sobre las cuales se colocan proteínas (que serían las células fetales) y a estas se les añade el nuevo sabor a probar. Si la proteína reacciona al sabor, este pasa a la siguiente etapa en la que es probado por un adulto.
El medio de difusión beliefnet.com afirma que el gobierno norteamericano ha concedido a Senomix más de 75 patentes en las que se usan células de fetos abortados.
“Estas células son útiles en ensayos celulares para identificar compuestos que provocan o modulan el sabor dulce”, declara la empresa en la patente 7.297.543 de Estados Unidos, citada por beliefnet.com.
En este marco, la organización Children of God for Life llamó a “boicotear los productos de las principales compañías de alimentos que se asocian con Senomyx, (…) a menos que la compañía deje de usar líneas celulares fetales abortadas para probar sus productos”, informa Miami New Times.
Aún más, el hermetismo de la compañía, en cuanto a los ingredientes utilizados para la elaboración de los sabores y aromas que comercializa a gran escala, deja la duda acerca de si introduce tejidos de embriones humanos en ellos, según Debi Vinnedge, Directora Ejecutiva de Children of God for Life.
Senomyx solo da a sus productos nombres que no se entienden, como por ejemplo S2383 o S6973, y se refiere a ellos como “potenciadores” o “ingredientes”. La función de estos, según la compañía, es disparar los receptores de la lengua y engañarlos al producirles la sensación de azucarado, y se utilizan en cantidades tan pequeñas que no alcanzan a ser especificadas en la etiqueta de ingredientes, en la cual puede aparecer simplemente como “sabores artificiales”.
En cuanto a la seguridad de los ingredientes utilizados, es algo que también permanece en la oscuridad. Al decir de CBS News, la empresa clasifica sus productos como “garantizados” como GRAS (Generalmente reconocidos como seguros), lo que significa que hizo sus propias evaluaciones y concluyó que todo está bien; ni siquiera se sabe si la compañía habría hecho pruebas, dado que la FDA (Federación de Drogas y Alimentos) no le exige ninguna.
Por su parte, en un artículo de opinión del columnista Francisco Luna, el medio RT relata que, a raíz de que PepsiCo “estaba introduciendo en sus bebidas restos de bebés abortados”, la organización Children of God for Life envió cartas a Senomyx y a PepsiCo (que celebró un contacto millonario por 4 años con la productora de saborizantes) protestando con vehemencia por estos procedimientos. La organización no recibió respuesta de Senomyx, pero sí de PepsiCo: “las investigaciones darán como resultado productos de gran sabor y con menos calorías”, dijo la compañía.
Otros intentos por detener las macabras manipulaciones de tejidos embrionarios humanos se vieron frustrados por la Comisión de Seguridad e Intercambio de Estados Unidos, que desestimó el caso diciendo que se trataba de “un simple negocio suscrito entre dos empresas”, sin considerar para nada los aspectos éticos y morales involucrados.
Bebés triturados en píldoras
Si bien las inocentes personas no pretenden consumir bebés muertos o cadáveres de fetos, al parecer los pueden comer sin saberlo, tal como ocurrió en Corea del Sur en 2011.

Este video ilustra el reporte del diario Daily Mail.
Un documental de la cadena surcoreana SBS TV relató el hallazgo de pastillas vigorizantes con un contenido del 99.7 por ciento de carne humana. A través de estudios, se pudo determinar hasta el sexo del bebé que había sido procesado para obtenerlas.
“También encontramos súper bacterias en las pastillas y otros ingredientes peligrosos”, dijo Shin Eul-Ki, científico del laboratorio del aeropuerto internacional de Incheon, quien las detectó, en un video presentado por el periódico británico Daily Mail en mayo de 2012.
El equipo de documentales expuso a compañías farmacéuticas chinas que compraban cadáveres de bebés nacidos muertos o de bebés abortados en clínicas dedicadas a practicar abortos.
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Cápsulas de carne de fetos molidos, incautadas en aeropuerto de Corea del Sur. (captura de pantalla)
Más terrible aún, en el film se denuncian los “salones de la muerte” en los cuales se dejaba morir intencionalmente a los bebés cuyos padres no podían pagar una cuota o habían infringido la ley de un hijo único en China. Se calcula que los hospitales dentro de la órbita del régimen comunista chino realizaban unos 13 millones de abortos al año en esa época.
Los restos de los bebés eran conservados en neveras, de particulares, para evitar que recaigan sospechas sobre las compañías, y después eran deshidratados en hornos de microondas para molerlos y convertirlos en las cápsulas vigorizantes. Según un informe de Daily Mail, solo en 2011 se detuvieron al menos 35 intentos de contrabandear 17.000 dosis a Corea.
Y… también en sopa
También desde China se reportó que en un pueblo de la provincia de Guangdong se prepara y vende una sopa de verduras con fetos humanos, que creen incrementa el vigor, de acuerdo con una publicación del diario coreano The Seoul Times, que incluye fotos explicitas tanto de la preparación en la cocina como del plato servido.
El costo del terrorífico plato es de US$4.000.
Según el mismo reporte, el administrador de una fábrica atestiguaba la efectividad del “alimento” y llevó al reportero del citado medio al restaurante para mostrarle el plato que es llamado en código “sopa de costillas”.
Por otro lado, un artículo publicado en Electronic Telegraph el 13 de abril de 1995, firmado por Yojana Sharma de Hong Kong y Graham Hutchings de Beijing, cita el reporte de un periodista del medio hongkonés The Eastern Express (fuera de circulación desde 1996).
Este periodista señala que fue al hospital estatal de Shenzhen, una moderna metrópolis ubicada al sureste de China que cuenta con más de 12 millones de habitantes, y pidió fetos a una médica. Al día siguiente le fueron entregados 10 fetos –del tamaño de un pulgar- en una botella.
“Hay 10 fetos ahí, no tienen costo porque este es un hospital de estado, nosotros los médicos generalmente nos los llevamos a la casa para comer, gratis, mientras no mires demasiado se pueden comer”, le habría dicho una doctora al reportero.
A continuación, como si fuera lo más natural, el redactor sigue relatando que una médica llamada Zou Qin, de la clínica Luo Hu de la misma ciudad, dijo que los fetos eran “nutritivos” y que ella misma habría comido alrededor de 100 en los últimos meses.
El abominable relato continúa argumentando que los fetos más codiciados son los que llevan en su vientre las mujeres jóvenes. “No practicamos los abortos para comernos los fetos, pero sería un desperdicio no hacerlo”, habría añadido la doctora.
Asimismo, en el mismo artículo se cita a la médica Wan de la clínica Sin Hua diciendo que los fetos son mejores que la placenta en cuanto a valor nutricional y que “suavizan la piel, fortalecen tu cuerpo y son buenos para los riñones”.
Otros usos de los tejidos fetales
Además de las horripilantes situaciones mencionadas, hay otros tantos polémicos usos de restos de fetos. A continuación se detallan brevemente dos de ellos: en vacunas y en el maquillaje.
En vacunas
Los fetos abortados también se utilizan en la obtención de vacunas, mediante sus tejidos celulares.
De hecho, las vacunas que en décadas anteriores fueran utilizadas con confianza, últimamente han despertado sospechas ante los efectos secundarios que han afectado la salud de quienes se las han aplicado.
A estos “sistemas de protección de la salud” se les achacan el autismo, la esterilización y hasta la muerte, tal como en el caso de algunas de las víctimas de la epidemia de gripe presentada a principios de este año en Estados Unidos.
En ese sentido la científica farmacéutica Helen Ratajczak señala que el ADN de células de feto humano abortado, que contienen las vacunas, podría ser causante de autismo. Entre las causas establecidas de autismo se encuentran las mutaciones genéticas y/o delecciones, infecciones virales y encefalitis (daño cerebral) que a su vez podrían provenir de las vacunas.
“El sistema inmunológico se desequilibra”, afirma la investigadora en una entrevista.
Para Ratajczak el incremento de autismo registrado a partir de 1995 coincide con la aplicación de la vacuna de varicela que se empezó a cultivar en tejido fetal humano en ese año. Dado que la vacuna contiene ADN humano se produce una recombinación homóloga con el ADN del paciente que la recibe, generándose al interior del cuerpo una lucha para destruir el ADN “invasor” con la consiguiente inflamación cerebral, según cita la revista Global Research en febrero de 2015.
Por su parte, el Dr. Brian Strom de la Universidad de Pensilvania, asesor del gobierno estadounidense sobre la seguridad de las vacunas, corrobora que estas se relacionan científicamente con la encefalopatía (daño cerebral).
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Las vacunas han sido desarrolladas con base en tejidos fetales.
¿Cadáveres humanos triturados en el maquillaje?
Mantener el cuerpo saludable y bien presentado es una de las ocupaciones personales de cada día, no obstante, a veces se convierte en una obsesión y en esas condiciones se desdibujan las prioridades y se evaden los valores morales.
Así se pasa a la tendencia de querer permanecer con un aspecto juvenil permanentemente y en busca de ello se ha acudido a los tejidos fetales. Estos se utilizan en la fabricación de cremas y lociones antienvejecimiento, con la lógica demanda de embriones humanos que pasan a convertirse en mercancía que cambia de dueño de acuerdo con el precio fijado.
Por citar un caso, la compañía Neocutis Inc. reconoce en su página web que añade tejidos de feto en su línea de rejuvenecedores para la piel. Esta empresa ofrece regenerar la piel acelerando el proceso de curación en caso de cortes o quemaduras, minimizando la aparición de cicatrices. En algunos de sus tratamientos con cremas bio restaurativas de la piel se obtendría un efecto anti-edad en el rostro.
El ingrediente fue desarrollado por la Universidad de Lausanne de Suiza.
Organizaciones civiles como Children of God for life han impulsado un boicot contra el fabricante. Sin embargo, desde el lado de la compañía, Mark J. Lemko afirma que Neocutis actúa “conforme a la ley”, según informa The Washington Times.
Quiénes lucran con la venta de cadáveres fetales
El grado de insensibilidad al que se ha llegado permite la comercialización de los pequeños cuerpos humanos abortados como si se tratase de cualquier tipo de mercancía, convirtiéndola en un negocio multimillonario con oscuros intereses en el medio.
Las organizaciones proaborto, como la Federación Internacional de Planificación de la Familia (IPPF), cosechan millones de dólares de fondos y los utilizan para promover su agenda a nivel internacional a través de sus grupos afiliados.
Sólo en los Estados Unidos, el reciente informe de impuestos de la IPPF muestra que obtuvieron 127 millones de dólares en utilidades, según reportó el periódico Times Malta en enero de 2018.
Como si fuera poco se promocionan las características del producto diciendo que “a diferencia de los tejidos adultos, las células contenidas en el tejido del embarazo abortado, o tejido fetal, tienen características particulares que les permiten dividirse rápidamente”, tal como aparece en el citado medio .
En una serie de videos que ha causado controversia a nivel internacional se muestra a Deborah Nucatola, ginecóloga y directora de servicios médicos de Planificación Familiar, diciendo con frialdad (mientras come una ensalada) que al momento de producir el aborto hay que cuidar de no estropear el corazón, los pulmones o el hígado de los fetos (que son los más valiosos).
Se supone que en ese momento la doctora hablaba con posibles compradores de tejidos fetales (que suelen pagar entre 30 y 100 dólares por cada parte).
Los videos fueron divulgados por el Centro para el Progreso Médico (CPM), que ha seguido durante varios años los tratos oscuros de Planificación Familiar. Por su parte, la multinacional dedicada a los abortos en todo el mundo meramente se ha negado a reconocer la veracidad de los videos.

En este video se describe que se pueden obtener fetos completos en Planificación Familiar.
Distribuidores de fetos y sus pedazos
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Holly O’Donell, trabajó para IPPF y StemExpress. /captura de pantalla
Existe, como es de suponer, una serie de empresas comerciales que se dedican a comprar y vender fetos y sus pedazos: mientras que algunas los “producen” otras los distribuyen. En ese sentido, Holly O’Donnell, ex técnica de compras de StemExpress, una compañía de investigación biomédica, asociada a IPPF, dijo que vio evidencia de que IPPF provocó abortos de fetos intactos y que StemExpress los envió al laboratorio de investigación.
“Este es el feto más gestado y lo más parecido a un bebé que he visto en mi vida“, dijo. “Estoy aquí sentada mirando al feto y su corazón late y no sé qué hacer”, mencionó O´Donell al relatar su experiencia como empleada de IPPF, organización para la cual también trabajó.
“Si puedes conseguir un cerebro o un corazón vas a conseguir más dinero que solo con vellosidades coriónicas o cordón umbilical”, relató describiendo las instrucciones recibidas durante su entrenamiento.
O’Donnell aparece varias veces en la serie de videos “Capital Humano” del grupo antiaborto CMP. Ella se ha descrito a sí misma como “pro-vida” en los clips, que incluyen cámaras encubiertas que exponen las prácticas oscuras de Planificación Familiar.
“Hay ocasiones en las que, después de que se realiza el procedimiento, el corazón sigue latiendo”, describe el doctor Ben Van Handel, director ejecutivo de Novogenix Laboratories, distribuidora de tejidos fetales para investigadores, en uno de los videos de CMP, según reportó CNN en agosto de 2015.

StemExpress rompió relaciones comerciales con Planificación Familiar por las irregularidades en los procedimientos de abortos adelantados por esta última.
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El tejido fetal es base para la producción de algunas vacunas.
¿Y el dolor de los fetos al ser asesinados?
La utilización creciente de los tejidos extraídos a fetos, que se usan como medio de cultivo para las vacunas, para sensores de nuevos sabores, como tratamientos rejuvenecedores de la piel ¡y aún como vigorizantes!, son aplicaciones que se multiplican cada día y evidencian el demoledor avance del plan de las élites para generar un canibalismo inconsciente en la población mundial, para desdicha de la raza humana.
Un proyecto de ley que prohibía el aborto a partir de la semana No. 20 en Estados Unidos no alcanzó a ser aprobado por el Senado, por lo que Penny Nance, CEO y Presidenta de Mujeres Preocupadas por América, emitió un comunicado diciendo que “Estados Unidos se considera a sí mismo un defensor de los derechos humanos, pero es una de las siete naciones que permite el aborto después de 20 semanas, cuando se ha demostrado que los bebés sienten un dolor extremo. Hoy en día, continuamos alineándonos con países como China, Corea del Norte y Vietnam”, según publicó Concerned Women for America el 30 de enero de 2018 en su página web.
En efecto, inclusive en el estado de California se permite el aborto “hasta su viabilidad”, la cual se determina caso por caso. Algunos médicos consideran que la misma se da entre las 22 y las 24 semanas de la concepción, en tanto que otros afirman que el feto siente dolor ya desde la semana número 20 de su existencia y empieza a moverse por sí mismo desde la semana 12.
Sin embargo, la situación en el país americano parece estar cambiando desde los últimos meses ya que desde que asumió en enero de 2017, el presidente estadounidense Donald Trump se ha manifestado a favor de la vida y ha impulsado políticas tendientes a contrarrestar las reformas proaborto de su predecesor, Barack Obama.
En este marco también cabe destacar la legislación europea, para la cual la vida empieza en el momento de la concepción, y los embriones no pueden ser usados con propósitos industriales o comerciales.
Un bebé humano merece ser tratado con dignidad, no se trata de una mercancía para generar ganancias comerciales ¡y menos aún se los puede utilizar para que sus restos sean comidos por seres humanos! Es simplemente una cuestión moral.
Por Jose Ignacio Hermosa – BLes