Las dos figuras más importantes de la política austríaca se renunciaron a sus cargos como jefe de gobierno y jefe del bloque oficialista en el Parlamento en el mismo día, profundizando la crisis que vive el país.

El ex canciller austríaco Sebastian Kurz, de 35 años, anunció este jueves que se alejaría de la política. El mandatario más joven de la historia del país recientemente fue padre y, acechado por múltiples denuncias de corrupción, decidió dejar su cargo como jefe del conservador Partido Popular (ÖVP) y como líder del grupo parlamentario oficialista.

“Como canciller, tienes tantas decisiones que debes tomar todos los días, que sabes desde el principio que también tomarás decisiones equivocadas”, dijo en el corto comunicado que publicó ayer por la mañana. “Siempre estás bajo observación. También tienes la sensación constante de que te están cazando”.

Kurz está siendo investigado por malversación de fondos públicos. Se alega que durante su paso por el Ministerio de Finanzas, utilizó indebidamente dinero del gobierno para comprar cobertura mediática positiva en favor del ÖVP.

Su decisión de abandonar la política, sin embargo, generó una profundización de la crisis que está atravesando al país del este de Europa. Más tarde ese mismo jueves, el canciller Alexander Schallenberg, quien lo había sucedido en el cargo hace menos de dos meses, anunció que renunciaba al cargo de primer ministro.

“Creo firmemente que ambos cargos, jefe de gobierno y líder del partido oficialista, deberían ser ocupados por la misma persona”, aseguró en su mensaje a la nación. Desde que llegó al gobierno, Schallenberg se había mantenido al frente del Ejecutivo pero Kurz había adoptado un fuerte rol al frente del Legislativo, algo muy extraño en un sistema parlamentario como el austríaco.

Según medios locales, Schallenberg está intentando presionar al ÖVP para que lo elijan como líder del partido, además de forzar una elección anticipada, donde espera quedar como jefe de gobierno y jefe de partido.

Sin embargo, hasta el momento todavía no se ha postulado como candidato a liderar el partido, y muchos hablan de que el actual ministro del Interior, Karl Nehammer, quien ha adoptado una línea dura en materia de inmigración y ganado un fuerte apoyo popular, es el favorito para el cargo, pudiendo ser nombrado como líder del partido y nuevo canciller tan rápido como este mismo viernes.

Muchos en el ÖVP creían que el diplomático de carrera Alexander Schallenberg era simplemente un reemplazo temporal en la banca ejectuvia hasta que Kurz solucionara los conflictos legales y pudiera regresar después de limpiar su nombre. Pero todo eso ha quedado muy en el pasado.

Alfonso Lorenzo de Olmos – Derechadiario.com.ar

Suscríbete para recibir nuestras últimas noticias

Al enviar este formulario, acepto los términos.