Un número al parecer menor a los anteriores fines de semana de manifestantes con ‘chalecos amarillos’ salían el sábado a las calles en París y otras ciudades en Francia continuando el reclamo por el aumento del salario mínimo y en rechazo a la política de recortes del Gobierno.
El turismo comenzó a sufrir el impacto de las protestas donde decenas de personas se congregaban en la elegante avenida de los Campos Elíseos, escenario de disturbios a principios de diciembre. La policía mantiene una estricta vigilancia aunque al igual que los manifestantes en menor cantidad que los fines de semana pasados.

Los manifestantes interpelan al presidente Emmanuel Macron, quien ya ha cedido a varias de sus demandas a favor de una reducción de impuestos y asistencia económica.
No obstante, muchos de ellos siguen inconformes con el gobierno de Macron y continúan bloqueando arterias viales en glorietas en diversas partes del país.

El movimiento comenzó el 17 de noviembre como una protesta contra los impuestos a los combustibles y los chalecos de color amarillo fluorescente hacen alusión a la prenda que deben llevar los automovilistas franceses.
Con información de AP
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