La Isla Bouvet, perteneciente a Noruega, se halla en el Océano Antártico, a 2.200 kilómetros al sur de Sudáfrica. Es una de las más aisladas del mundo, y el Instituto Polar Noruego la explora con frecuencia para desvelar sus misterios.

La mayor parte de su territorio está cubierto de glaciares, su origen volcánico es indudable, pues, de hecho es la cima de un volcán que sobresale del Océano Atlántico Sur; se han registrado emisiones de gases, y en 1978 alcanzó los 25° centígrados a 30 centímetros de profundidad de la superficie, según reporte del Instituto en el 2016.

Este remoto lugar de 49 kilómetros cuadrados, bordeado de acantilados verticales que dificultan mucho el desembarque, cuenta con un pico a 780 metros sobre el nivel del mar, el Olavtoppen.
Jean-Baptiste Lozier Bouvet, fue quien la descubrió en 1739, pero en 1927 los miembros de una expedición noruega, a bordo del buque “Norvegia”, desembarcaron en ella, y la reclamaron para su país izando la bandera.
Ante esto se opuso el Reino Unido, que ya la había reclamado en 1825, no obstante, renunció a ella en 1929, ante las gestiones diplomáticas de Noruega.
La ciencia busca en los datos meteorológicos de la isla el esclarecimiento de ciertos fenómenos que podrían estar incidiendo en el aparente aumento del nivel del mar.
Una de las circunstancias está dada por los vientos que cruzan sobre Bouvet desde el oeste hacia el este; es conocido que los vientos estimulan el ascenso, desde el fondo, de corrientes marinas profundas con mayor temperatura que el agua superficial, causando derretimiento de los hielos.
“Sabemos debido a observaciones recientes que estos vientos han venido fortaleciéndose. Pero estos registros sólo tienen 30 o 40 años”, declaró Liz Thomas, investigadora del Instituto Antártico Británico, British Antarctic Survey o BAS, de acuerdo con BBC, quien agregó que tendrían que determinar si ese es un proceso natural o no.

En función de la misma investigación, Thomas y su equipo tomaron un cilindro de hielo, de 14 metros de altura, en busca de los datos históricos, desde el año 2001, que puedan aportar los distintos niveles de nieve, contenidos en el mismo.
Asimismo, los registros de las cantidades de algas marinas son puntos de referencia importantes para determinar el comportamiento de la atmósfera a lo largo de los años.

La científica presentó resultados de la investigación en el encuentro de la Unión Estadounidense de Geofísica, American Geophysical Union o AGU, celebrada en en Washington, en el mayor encuentro anual de expertos en ciencias de la Tierra y el espacio, en diciembre de 2018.
En todo caso, es refugio de vida animal, y por su importancia como área de cría de aves, BirdLife International la ha designado como Área de Importancia para las Aves.
Los pingüinos macarrones, los pingüinos barbijo y los pingüinos de Adelaida pueden ser vistos en la Isla Bouvet, junto con aves marinas como los fulmars del sur, los petreles del Cabo y numerosas especies de albatros.
Adicionalmente, los lobos marinos antárticos y los del sur también habitan la Isla Bouvet, y las orcas y las ballenas jorobadas pueden ser vistas en las aguas circundantes, tal como lo reseña Oceanwide Expeditions.
José Ignacio Hermosa – BLes
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