La policía allanó el departamento de Cherif Chekatt, un presunto extremista de 29 años, con un amplio historial policial unas horas antes de que abriera fuego contra uno de los mercados de Navidad más famosos de Europa en Estrasburgo el martes, matando tres personas e hiriendo a otras 13.
El sospechoso estaba controlado por los servicios de inteligencia franceses desde que recuperó la libertad a finales de 2015 por su presunto extremismo religioso, dijo Laurent Núñez, secretario de Estado ante el ministro del Interior agregando que se había radicalizado en prisión.
La policía estuvo tratando de detener al sospechoso desde el martes por la mañana, horas antes de la balacera, en relación con un intento de homicidio, indicó Núñez a la emisora France-Inter.
Si bien no se encontraba en su casa, pero otras cinco personas fueron arrestadas, informaron las autoridades.

Según la policía, el sospechoso resultó herido en una balacera con soldados tras el ataque del martes en la noche pero huyó, y un alto funcionario señaló que podría haber escapado a la vecina Alemania.
Las autoridades elevaron la alerta de seguridad y enviaron refuerzos policiales a Estrasburgo, donde unos 350 efectivos de las fuerzas de seguridad buscaban al agresor.
El motivo del ataque no está claro por el momento, pero ya se abrió una investigación terrorista. Ocho de los heridos tenían un pronóstico grave, y algunos de ellos tenían heridas en la cabeza, según informó el alcalde de la ciudad.

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, celebró el miércoles una reunión de emergencia con altos cargos de seguridad, el primer ministro y los titulares de Interior, Defensa y Asuntos Exteriores, en el Palacio del Elíseo.
En tanto que el ministro del Interior, Christophe Castaner, llegó a Estrasburgo el martes en la noche para supervisar las operaciones policiales.
Los vecinos del sospechoso describieron que tras su paso por la cárcel, Chekatt se observaba como una persona desestabilizada.
Una vecina, que pidió hablar bajo condición de anonimato, dijo que rara vez estaba en casa y que la última vez que lo vio desde la ventana de su casa, que da a un pasillo común, fue el lunes e iba acompañado de otro hombre.
Los testigos escucharon cómo el supuesto agresor gritó “Alá es grande” en árabe durante la balacera, señaló el fiscal Remy Heitz el miércoles en la mañana.
Testigos en el lugar informaron de disparos y gritos luego de que el pistolero abriera fuego contra el mercado el martes en la noche, en una ciudad que además de albergar el Parlamento Europeo, se autoproclama la capital de Europa y también se promociona como la “capital de la Navidad”.
Durante horas, partes de la ciudad quedaron blindadas. El ataque es un nuevo revés para Francia tras una oleada de atentados extremistas islámicos en 2015 y 2016.
El tiroteo además se produce en medio de un mes de protestas contra el presidente Emmanuel Macron que bloquearon carreteras en todo el país, derivaron en disturbios en París y aumentaron la presión sobre la policía.
La ciudad no debe ceder ante un “terrorista que está intentando alterar nuestro estilo de vida”, dijo el alcalde de Estrasburgo, Roland Ries a la televisora BFM el miércoles y agregó que la “vida debe continuar”.
Agentes de la policía custodiaban el miércoles las calles de Estrasburgo, a unos 500 kilómetros (310 millas) al este de París y en la frontera entre Francia y Alemania.
Ahora Francia está de nuevo en jaque.
Con información de AP
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