Las violentas protestas protagonizadas por los franceses, llamados “chalecos amarillos” durante los últimos dos meses hicieron que Emmanuel Macron, su presidente, suspendiera por seis meses el aumento a los combustibles que pretendía imponer.

Y ciertamente el impacto económico fue grande, más allá de los autos quemados y los destrozos causados a la infraestructura pública.

Se produjo una gran ola de cancelaciones en los hoteles, los inversionistas entraban en pánico, y algunas de las más grandes empresas francesas se hundían en la bolsa de valores el 3 de diciembre, entre ellas la cadena de supermercados Carrefour, el operador de autopistas Vinci, la cadena hotelera Accor y la aerolínea Air France, mientras algunas de las estaciones de servicio se vaciaban, según el The Indian Express.

Chalecos amarillos reclaman
Chalecos amarillos reclaman .

Los antecedentes

Las expresiones populares empezaron el 10 de octubre con 2 camioneros que llamaron a protestar por el alza de los impuestos a los combustibles, y su llamado tuvo eco en las redes sociales, para el 17 de noviembre 300.000 ciudadanos de poblaciones y áreas rurales se manifestaban en todo el país.

Las marchas eran dirigidas por personas vistiendo chalecos de alta visibilidad, de los que tomaron el nombre, y sus reclamaciones se ampliaron contra el alto costo de la vida, además de los impuestos a los combustibles.

Para el 1° de diciembre ya se habían comprometido con las calles más emblemáticas de París, donde resistieron la represión de los gases lacrimógenos, los cañones de agua, las balas de goma y las granadas de aturdimiento.

¿Quiénes son los “Chalecos amarillos”?

En principio son, en su mayoría, personas comunes y corrientes de la clase media y trabajadora, de todas las edades y de todo el país, principalmente no habitantes de las grandes ciudades y también algunos elementos “radicales” y “marginales”.

Su agrupación fue espontánea, y ni siquiera tienen líderes específicos, sino ocho voceros semioficiales que hablan por ellos; esta ausencia de liderazgo es la que ha hecho mucho más difícil para el gobierno la negociación.

En cierta medida parecieran ser una expresión más de los movimientos de la sociedad civil, que se levanta en defensa de los valores e intereses que les son fundamentales.

Las políticas francesas

El presidente Emmanuel Macron ha liderado la llamada tecnología “limpia” en Europa, y para promoverla incrementa los precios de los combustibles, y pretende cambiar los vehículos a diesel por otros menos contaminantes, en lucha contra el supuesto cambio climático, un objetivo político que dijo que no abandonará.

A su vez, Donald Trump, el presidente de los Estados Unidos, le recordó al líder francés que el Acuerdo de Paris, es un error fatídico.

También sugirió que se deshiciera de su estrategia verde y le diera a la gente enojada lo que quería, según el Bloombergquint.

El diesel, el combustible más popular en Francia, ha subido el precio 23 por ciento en un año, y a pesar de que el precio mundial del petróleo ha caído, en Francia subió.

Además del impuesto que tuvo que suspender esta semana, Macron ya había anunciado otro aumento que regiría a partir del 1° de enero de 2019.

Tal vez no ha teminado el  movimiento de los "Chalecos amarillos"
Tal vez no ha terminado el movimiento de los “Chalecos amarillos”

Aparentemente no han terminado

Para Laurent Wauquiez, líder del partido de centro-derecha Les Republicains, la ira pública no ha sido dimensionada por el gobierno francés.

“Lo que necesitamos son gestos que apacigüen, y estos deben nacer de la única decisión que todo francés está esperando: la eliminación de las subidas de impuestos (de combustible)”, fueron su palabras, según el mismo medio.

Por otro lado, el apoyo del público es del 70 por ciento, de acuerdo con las encuestas citadas por The Indian Express, y sugiere que el movimiento de los “chalecos amarillos” podría de peligroso para Macron, y que su misma característica de “desestructurado”  “plantea una cuestión política seria”.

Aparentemente los anuncios del gobierno no han sido suficientes para desmontar el movimiento, que quería eliminar  el impuesto, no suspenderlo.

“Es demasiado tarde para proponer medidas falsas y pequeñas“, dijo Benjamin Cauchy, un portavoz de los manifestantes, según Independent.

“Nos esforzamos por llegar a fin de mes. Ya no podemos vivir así. Necesitamos un cambio ahora, no dentro de unos meses, y ciertamente no al final del mandato de cinco años de Macron”, en palabras de Jean-François Barnabat, otro de los representantes, citado por el mismo medio.

Así las cosas, no se sabe qué tan lejos irán los “chalecos amarillos” que desafían a Emmanuel Macron.

Por su parte, Charlie Kirk, un joven estadounidense, escritor conservador, de 25 años, destaca algunos aspectos de las violentas protestas registradas en Francia y su relación con hechos de los Estados Unidos.

“Hay disturbios en la Francia socialista debido a los impuestos a los combustibles de los izquierdistas radicales.

Los medios de comunicación apenas lo mencionan.

América está en auge, Europa está ardiendo.

Quieren encubrir la rebelión de la clase media contra el marxismo cultural.

“Queremos a Trump” se cantó por las calles de París”.

José Ignacio Hermosa – BLes

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