Redacción BLes – Existen lugares asombrosos y míticos que esconden un halo de hermosura desconcertante, pero no necesariamente reflejan la belleza de playas exuberantes con servicio de bar.
Hay una isla de Croacia que destaca por su peculiar forma vista desde el cielo, que parece un dedo con huellas digitales protuberantes.
La isla se llama Baljenac y está situada en el archipiélago de Sibenik en la costa dálmata. No tiene residentes permanentes y ni que decir… tampoco hotel.
La “isla de los muros”, como también es conocida, tiene, de hecho, una cantidad desbordante de paredes construidas en piedra acopladas sin ayuda de cemento o morteros.
La forma que adquieren los muros, cuando se los ve desde las alturas, se debe a que tuvieron que ser construidos como defensa a las invasiones otomanas de los siglos 16 y 17.
Después, los motivos por los que se continuó con la construcción de las paredes en piedra se debió a motivos menos beligerantes y más de tipo agrícola.
Ahora los agricultores vinícolas de las islas circundantes utilizan los muros como un escudo contra el viento que golpea las plantaciones de viñedos y olivares.
La isla cuenta, según la revista Muy Interesante, con 0.14 kilómetros cuadrados de superficie en donde se logró construir un total de 23 kilómetros de murallas.
A este peculiar lugar lo acompañan otras 1244 islas de Croacia, de las cuales solo 66 están habitadas.
Uno de esos sitios habitados no se encuentra muy lejos de Baljenac, se llama Kaprije y esta colonizado por agricultores, cuenta con 6.97 kilómetros cuadrados y un total de 143 habitantes.
En esta isla madre, como se le podría llamar, el turismo es un motor económico, aunque en términos de “motores” la isla se jacta de prescindirlos ya que en su territorio están prohibidos los automóviles.
Baljenac es reconocida tanto por su belleza arquitectónica como por su representatividad histórica.
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