Redacción BLes– Un equipo de abogados que representan a las víctimas del genocidio sufrido por la etnia rohingya de Myanmar en 2017, demandó a Facebook en Gran Bretaña y Estados Unidos, exigiéndole 200.000 millones de dólares en compensaciones.
La demanda expone que los algoritmos de Facebook fomentaron el discurso de odio contra los rohingya musulmanes, avivando el desprecio racista entre la población mayoritariamente budista, informa The Times del 6 de diciembre.
En este caso, al menos 800.000 víctimas huyeron desesperadamente para refugiarse en Bangladesh, en donde fueron sometidos a toda clase de privaciones dada la indigencia a la que quedaron reducidos en el extranjero.
Inicialmente, fueron atacados por el ejército de Myanmar y por escuadrones de la muerte locales, en represalia por los ataques de bajo nivel ejecutados por militantes rohingyas a cerca de 30 puestos de policía. En consecuencia murieron alrededor de 25.000 personas.
Para la ONU este caso se trató de un “frenético derramamiento de sangre y de violaciones masivas” perpetradas en la provincia de Rakhine, en el oeste del país, que incluyó el secuestro de numerosas mujeres y niñas, para angustia de la población. Y agregó que se configuró el típico “ejemplo de libro de texto de limpieza étnica”.
Por su parte, los activistas acusaron a Facebook por no detener la propaganda anti Rohingya, y, de hecho la red social aceptó haber sido: “demasiado lenta para evitar la desinformación y el odio” en contra de la rohingya.
Específicamente, acusaron al gigante tecnológico de Silicon Valley de no haber eliminado los mensajes y las cuentas que incitaban a la violencia
El gran equipo de abogados constituye una coalición transatlántica de abogados, que asesora a varias organizaciones benéficas. En esta ocasión afirmó que la demanda era necesaria para impedir que Facebook “dirigiera el mundo con impunidad”.
En este contexto, el socio principal del bufete McCue Jury & Partners LLP, que dirige la demanda, Jason McCue, fue enfático al afirmar que a través de su acción legal buscaban: “detener este monstruo de empresa que está fuera de control”.
Y agregó: “Mientras estaba de servicio, permitió que el odio tóxico y la limpieza étnica fueran desplegados a voluntad por el régimen de Myanmar y sus partidarios en sus foros de chat de discurso de odio extremista”.
Yendo más allá, manifestó que Facebook dió prioridad a sus ganancias económicas tratando de ampliar su mercado en el pequeño país, sin considerar las nefastas consecuencias que arrasarían a los miembros de la minoría étnica.
Por eso, el documento declaraba: “Ha tenido anteojeras para cualquier cálculo real de los beneficios para sí mismo en comparación con los impactos negativos que tiene sobre cualquier otra persona”.
Asimismo, manifestó ‘Facebook es como un robot programado con una misión singular: crecer’.
A pesar de sus repetidas expresiones de arrepentimiento y de sus promesas de corregir esas tendencias dañinas, un informe del grupo de derechos humanos Global Witness reveló en junio que su algoritmo seguía invitando a los usuarios a dar “me gusta a páginas que contienen publicaciones que incitan y amenazan con la violencia”, según Daily Mail.
José Hermosa – BLes.com