Redacción BLes –Una organización no gubernamental de Corea del Sur publicó un reporte este miércoles 15 de diciembre denunciando que el régimen comunista norcoreano bajo el liderazgo de Kim Jong-un ha ejecutado públicamente a casi 30 personas en los últimos diez años, muchas de ellas solo por haber mirado, escuchado o compartido música de Corea del Sur.
El Grupo de Trabajo por la Justicia Transicional (GTJT) que tiene su sede en Seúl, documentó 27 ejecuciones estatales de norcoreanos, algunos de los cuales eran acusados de mirar o distribuir el estilo de música moderno conocido como K-pop o pop coreano.
El informe asegura que sólo 7 de estas 27 personas fueron ejecutadas por escuchar k-pop mientras que las demás tenían acusaciones de traficar drogas o prostituirse.
El régimen comunista coreano llevó a cabo las ejecuciones públicas con un escuadrón de fusilamiento, un método muy utilizado en la época de Mao Zedong durante la Gran Revolución Cultural y otros movimientos políticos en los que se ejecutaba a las personas que no aceptaban la doctrina comunista.
La organización asegura que desde que Jong-un tomó el poder diez años atrás uno de los focos de su mandato ha sido erradicar la industria del entretenimiento de Corea del Sur a la que llama un ‘cáncer malicioso’ que corrompe la mente de la gente.
Para ello, el régimen aprobó una ley en diciembre de 2020 con la que prohibió la distribución de cualquier material de entretenimiento de Corea del Sur con la pena de muerte para aquellos que no cumplan.
Debido a la estricta censura de la información de Corea del Norte, es difícil conocer realmente el número de personas ejecutadas por el régimen.
Por eso, el GTJT basó su reporte en entrevistas con 683 desertores norcoreanos a lo largo de seis años para localizar los lugares donde fueron asesinadas las personas, otorgando al menos un panorama de lo que podría ser una escala mucho mayor.
La ciudad de Hyesan es un centro comercial que limita con Corea del Sur cuya población ronda en los 200.000 habitantes y es uno de los puntos de contrabando entre las dos Coreas, también es por donde los norcoreanos se escapan para pedir asilo político.
Es por eso que Kim Jong-un hizo de Hyesan el foco de su represión contra la industria del entretenimiento de Corea del Sur.
De hecho, seis de las siete ejecuciones públicas por ‘traficar’ k-pop se realizaron en esa ciudad, las cuales ocurrieron entre 2012 y 2014.
El régimen comunista coreano inicialmente alentaba a la gente a participar de las ejecuciones públicas, en un intento de intimidar a aquellos que tuvieran pensado violar su autoridad.
En mayo, el dictador coreano ejecutó en público al Sr. Lee un ingeniero en la Comisión de Gestión Agrícola de Wonsan por tener actitudes ‘anti-socialistas’ y haber vendido películas de Corea del Sur.
El régimen obligó a su hija, hijo y esposa a presenciar la ejecución junto a una multitud de 500 personas. El Sr. Lee recibió nueve balazos disparados por tres personas.
Pero las ejecuciones públicas con multitudes, trajo una consecuencia negativa para el régimen comunista: la información de tales ejecuciones comenzó a filtrarse a Occidente y grupos como el GTJT que a su vez empezaron a denunciar y presionar por los derechos humanos de los norcoreanos.
“Nuestras conclusiones sugieren que el régimen de Kim Jong Un está prestando más atención a las cuestiones de derechos humanos debido al mayor escrutinio internacional”, dijo Park Ah-yeong, autor principal del reporte del GTJT según Daily Mail.
“Esto no significa que la situación de los derechos humanos en el país esté mejorando: los asesinatos dirigidos por el Estado siguen produciéndose de formas que pueden no ser tan visibles públicamente como antes”, aseguró Ah-yeong.
El pasado 25 de noviembre Radio Free Asia reportó sobre la ejecución de un estudiante que fue atrapado ‘contrabandeando’ copias de la serie ‘El juego del Calamar’ en una memoria USB.