Ni la pandemia por COVID-19 detuvo el desarrollo nuclear de la dictadura más hermética del mundo. La capacidad actual de producción podría llegar a las 360.000 toneladas métricas anuales de uranio, 12 veces por encima de estimaciones anteriores

Corea del Norte es probablemente la dictadura más hermética del mundo. La dinastía Kim impuso desde 1948 un cerco social y político con la adoración de su imagen como eje principal del país. Mientras la población era sometida, el régimen se armaba para luchar contra «enemigos» como Estados Unidos y Corea del Sur. Así pasaron las décadas hasta la actualidad con el mandato de Kim Jong-Un. Luego de la India, Israel y Pakistán, Corea del Norte es actualmente el cuarto país que tiene bombas nucleares.

Ni siquiera la pandemia por COVID-19 detuvo el desarrollo de este tipo de material e instalaciones en aquel país. Dicho descubrimiento lo hizo el Centro de Seguridad y Cooperación Internacional de la Universidad de Stanford gracias a imágenes satelitales. En el material que se obtuvo quedó en evidencia que Kim Jong-Un puede producir mucho más combustible nuclear del que se tenía pensado, sumado a la fabricación en mayor cantidad de ingredientes básicos para bombas.

«Está claro que la República Popular Democrática de Corea parece tener una capacidad de molienda sustancialmente mayor de la que ha estado utilizando hasta la fecha», reza el informe. Las fotografías muestran la construcción de una expansión en su reactor nuclear de Yongbyon, lo cual podría usarse para producir uranio apto para armas, según analistas replicados por Reuters.

Desde agosto de este año surgieron sospechas de que la dictadura norcoreana había reactivado su actividad nuclear. En plena pandemia y con las fronteras a China totalmente cerradas. La Organización Internacional de la Energía Atómica (OIEA) lo tildó como “profundamente preocupantes”. Estas alarmas no deberían desestimarse. Aún más cuando Kim Jong-Un cerró en septiembre pasado cualquier posibilidad de diálogo con Washington.

Bombas nucleares en manos del dictador

El uranio se ha vuelto protagonista de varias noticias desde el año pasado. Especialmente por Irán y su enriquecimiento ilícito de este mineral, lo cual constituye una violación al Plan de Acción Integral Conjunto (PAIC) firmado en 2015 con varios países, entre ellos Alemania y Estados Unidos.

Corea del Norte pudiera estar llevando adelante la misma práctica de acuerdo con los hallazgos arrojados por las imágenes satelitales. El enriquecimiento al 90 % ya haría posible la creación de una bomba atómica. Hace décadas las estimaciones de producción anual de mineral de uranio de Corea del Norte se cifraron en aproximadamente 30000 toneladas métricas, indicó una reseña del informe y de las fotos hecha por Wall Street Journal. Sin embargo, la capacidad actual podría llegar a las 360.000 toneladas métricas. Es decir, 12 veces más.

Adicionalmente, el informe citó otra investigación que estima que Corea del Norte puede enriquecer el equivalente de aproximadamente seis a 10 bombas nucleares al año.

Expertos que han hablado sobre la tenencia de armamento con estas características de parte de regímenes autoritarios no se centran únicamente en la posibilidad de que el mandatario de turno ordene un ataque. No. Una preocupación aún mayor es el nexo con grupos terroristas, como es el caso de Irán con Hezbolá y en manos de quién podría quedar un arsenal de ese calibre.

De potencia nuclear a mendigo de recursos

Corea del Norte tendría suficiente material para unas 90 bombas, según dijo al portal Al Jazeera Ankit Panda, autor del libro “Kim Jong-Un y la bomba”. Sin embargo, se desconoce el número exacto. En medio de las incógnitas, el dictador este país ha presidido cuatro pruebas nucleares y también 91 de misiles balísticos.

El régimen norcoreano no oculta su orgullo por las armas en las que gasta millones de dólares. En contraste, la población padece hambruna y un sistema de salud destruido. Es un panorama tan complicado que incluso se emitió un mensaje oficial que pide a la población comer menos, a esto se suma el reciente incentivo para el consumo de cisnes negros.

Es desolador y para tratar de palear la profunda crisis, el país posiblemente anuncie que abrirá la fronteras con China, del que depende comercialmente en 90 %. Según la agencia de espionaje de Corea del Sur, su vecino estaba en conversaciones con el gobierno de Xi Jinping, así como el de Vladimir Putin para reanudar rutas ferroviarias transfronterizas clave y aumentar de los envíos de suministros de emergencia.

Oriana Rivas – Panampost.com

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