Redacción BLes – Aunque parezca increíble, las auroras boreales -lo que ahora llamamos “luces del norte”- brillaron cerca del ecuador hace 41.000 años debido a un cambio en los campos magnéticos.
El jueves 16 de diciembre, los expertos reunidos en la conferencia anual en línea de la Unión Geofísica Americana (AGU) en Nueva Orleans afirmaron que esta perturbación geomagnética, conocida como evento Laschamp, se debe a la disminución de los campos magnéticos norte y sur del planeta.
Durante la reunión de la AGU, el ponente Anit Mukhopadhyay, candidato al doctorado en el Departamento de Ciencias del Espacio y del Clima de la Universidad de Michigan, señaló que la fuerza de la magnetosfera disminuyó “hasta casi el 4% de los valores modernos” y se inclinó a su favor hace unos 41.000 años.
Los científicos añadieron que el campo magnético se ha desplazado a lo largo de su eje y ahora es sólo una fracción de su intensidad anterior.
Este fenómeno reduce la atracción magnética que suele impulsar las partículas de alta energía del sol hacia los polos norte y sur. Éstas interactúan con las moléculas de la atmósfera para iluminar el cielo nocturno en forma de auroras boreales y australes.
“La inclinación geomagnética estaba significativamente desviada de los polos geográficos”, dijo Mukhopadhyay. “Esto hizo que las precipitaciones aurorales siguieran los polos magnéticos y se trasladaran de las regiones polares geográficas de la Tierra a latitudes hacia el ecuador”.
Según la investigación de Mukhopadhyay, la magnetosfera disminuyó unos 3,8 radios terrestres durante el evento de Laschamp, aunque nunca se disipó del todo.
Los polos que antes se situaban al norte y al sur se desplazan hacia latitudes ecuatoriales durante este periodo de disminución de la intensidad del campo magnético, y la aurora le sigue.
Mukhopadhyay añadió que este importante desplazamiento geomagnético también podría repercutir en los cambios de la atmósfera terrestre y afectar a las condiciones de vida en todo el planeta.
El campo magnético de la Tierra se forma por la agitación del núcleo fundido del planeta.
Las líneas del campo magnético unen los polos en un arco circular. Según la NASA, constituyen la magnetosfera, una zona que protege a la Tierra de las partículas radiactivas procedentes del espacio.
La magnetosfera también protege la atmósfera terrestre de la abrasión causada por el viento solar, una corriente de partículas empujadas hacia fuera por el sol.
Los datos de los científicos no establecen una relación causa-efecto entre los cambios del campo magnético de Laschamp y las consecuencias ecológicas significativas en el planeta.
Sin embargo, la investigación aportó sugerencias para futuros estudios que confirmen tal relación, como declaró Mukhopadhyay según LiveScience.
Amy Laurence – BLes.com