Redacción BLesSe dispara una nueva alerta internacional por el resurgimiento de pandillas chinas que forman parte de una importante red de crimen organizado, a través de la cual logran hacer caer en la trampa a miles de jóvenes quienes al ser engañados terminan trabajando en el extranjero y en condiciones de esclavitud, donde son obligados a cometer ciberdelitos para beneficio de sus captores.

Las víctimas suelen ser jóvenes de varios lugares de Asia, generalmente con problemas económicos, deudas, falta de trabajo o interés en buscar nuevos rumbos fuera de su país. 

Estas personas son engañadas con ofertas de trabajo atractivas en el exterior, que finalmente resultan ser trampas organizadas por estas pandillas quienes los secuestran y obligan a trabajar en una red organizada de ciberdelitos a escala mundial.

El centro de esta red delictiva liderada por chinos está concentrada en Camboya y en menor medida en Myanmar y las fronteras anárquicas de Laos. Las víctimas suelen ser en su mayoría de Taiwán, Hong Kong, Malasia y Tailandia. 


¿Cómo funcionan las bandas?

Generalmente, la pesadilla comienza con una publicación de trabajo en las redes sociales, o una recomendación en Facebook por parte de un conocido, prometiendo excelentes oportunidades a jóvenes por trabajar en el extranjero en el rubro de ventas en línea. Las condiciones por lo general incluyen buen salario y vivienda en países como Camboya, Tailandia, Myanmar y Laos.

Pero una vez que el empleado llega a su nuevo destino, la realidad es muy distinta a la que se había imaginado. En primer lugar, les retienen los pasaportes lo que los imposibilita a movilizarse, y en lugar de tener que vender en línea, son obligados a “estafar” en línea siguiendo las indicaciones de sus secuestradores. En caso de no responder como ellos esperan deberá enfrentar duras golpizas o bien ser vendido a otras redes de trata de personas. 

La mayor cantidad de víctimas halladas hasta el momento en este sistema de esclavitud provienen de Taiwán y Vietnam. Según la información brindada por autoridades taiwanesas, recientemente se han registrado cerca de 5 mil ciudadanos que viajaron soos a estas regiones y no han regresado. 

La policía de Taiwán también informó que habían identificado al menos a 370 de estos jóvenes, quienes se encontraban retenidos contra su voluntad, y según el testimonio de las víctimas,el número de secuestrados es mucho mayor. 

Por otro lado, autoridades de Hong Kong aseguran que recibieron decenas de llamadas de jóvenes que se encuentran atrapados por esta red de delincuentes en diversos puntos de Asia.

Acorde a los relatos de las víctimas, las personas que caen en estas redes son obligadas a trabajar en pésimas condiciones y a realizar cientos de llamadas diarias a distintas partes del mundo utilizando diversos mecanismos de engaño buscando concretar las ciber estafas.

En muchos casos los secuestradores buscan generar una dependencia absoluta por parte de las víctimas hacia ellos, en este sentido le ofrecen préstamos para costear su llegada hasta el “lugar de trabajo” o bien para saldar deudas antiguas, lo que es utilizado como mecanismo de presión para impedir que intenten dejar el trabajo o escapar. 

Hoteles enteros han sido convertidos en centros de llamadas fraudulentas, y cada piso alberga a personas de diferentes nacionalidades que señalan a compatriotas en sus países de origen para ser llamados.

Según las fuentes policiales, un puñado de ciudadanos chinos supervisa cada red de estafa, manejando a decenas de trabajadores que permanecen encerrados dentro de vastos recintos.

“Estos recintos tienen guardias armados, alambre de púas y barricadas; no se puede entrar y salir”, aseguró el teniente general de policía Surachate Hakparn, quien dirige las investigaciones contra el tráfico de personas en Tailandia y ha extraído a 900 tailandeses de Camboya desde fines del año pasado. 

Las noticias sobre la red de traficantes han sido ampliamente difundidas en Asia durante las últimas semanas. Recientemente, circuló en las redes un video que muestra cómo decenas de vietnamitas huyen de un casino justo dentro de la frontera con Camboya. 

La multitud de personas, que aparentemente habría organizado una fuga, fue perseguida por guardias que empuñaban palos mientras corrían desde un edificio y saltaban a un río para cruzar a nado la frontera con Vietnam. Según los informes, un joven de 16 años se ahogó en la fuga.

 

Relatos en primera persona

Wan, un ciudadano tailandés que por seguridad reportó solo su nombre de pila, fue tentado para trabajar en un supuesto casino virtual que funcionaba desde Camboya, donde cobraría entre 1500 y 2000 dólares por mes. 

Sin embargo, al arribar a su lugar de trabajo pudo comprender rápidamente que se trataba de una farsa. 

Según declaró Wan, las bandas de estafadores dividen el trabajo en tres operadores: el primero es el encargado de buscar víctimas en las redes sociales, el segundo llama por teléfono a la persona seleccionada utilizando guiones pre armados y el último “cierra” el trato y coordina las transferencias bancarias.

Los métodos utilizados van desde el llamado catfishing, donde una persona es atraída a una relación por medio de una persona ficticia en línea, e inversiones en criptomonedas, hasta estafadores que se hacen pasar por policías que exigen transferencias de dinero para “descongelar” las cuentas bancarias de familiares que viven en el extranjero.

En el caso de los estafadores que se hacen pasar por policías, según Wan, incluso se organizan videollamadas que incluyen a supuestos policías disfrazados con uniformes verdaderos 

Yu Tang, una joven taiwanesa, le dijo a The Guardian que una mujer la contactó a través de Facebook en abril de 2022, y luego de algunas conversaciones le ofreció trabajo en el extranjero en centros de atención telefónica o de asistencia para las industrias de juegos y casinos en línea. Cuando expresó su escepticismo, se ofrecieron a pagar un vuelo de regreso y acordaron conocerla en persona.

“No les creí, pero luego nos conocimos personalmente”, dijo. La persona parecía “normal”, dijo Yu Tang. Finalmente accedió a aceptar el trabajo y fue recibida en el aeropuerto por diferentes personas, así como por varias otras que también buscaban trabajo al igual que ella.

En el aeropuerto de Phnom Penh fueron interceptados por otras personas que dijeron ser “agentes de viajes pero parecían gánsteres”

Estas personas les solicitaron los pasaportes asegurándole a las víctimas que era para tramitar la visa de trabajo, pero nunca fueron devueltos.

Todos los registros de conversaciones con los traficantes fueron borrados de los teléfonos de las víctimas, dijo Yu Tang, posteriormente fueron trasladados a Sihanoukville donde les informaron cuál sería su trabajo, que básicamente se trataba de realizar estafas telefónicas. 

Allí también les informaron que tendrían que lograr recuperar por medio de estafas al menos 17.000 dólares estadounidenses si querían ser liberados. Según Yu Tang un hombre que se encontraba con ella se opuso y lo golpearon y lo electrocutaron con una pistola paralizante hasta dejarlo inconsciente y no supo más de él. 

Durante la pandemia por el virus del PCCh este sistema de estafas creció exponencialmente, incluso las organizaciones contra la trata de personas como la Garden of Hope Foundation están centrando sus esfuerzos en combatir esta problemática cada vez más preocupoante que, según las estadísticas, lleva alrededor de 10.000 taiwaneses y tailandeses desaparecidos dentro de Camboya.

Andrés Vacca –Redacción BLes

Suscríbete para recibir nuestras últimas noticias

Al enviar este formulario, acepto los términos.