Redacción BLesFrecuentemente, las noticias relacionadas con China y el régimen comunista que rige sus destinos suelen replicarse ampliamente, no solo porque involucran a más de 1.400 millones de personas, sino porque suelen percibirse como amenazadoras para el resto del mundo.

Tal es el caso de una investigación reciente del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS, por la sigla en inglés), que señala las oscuras y hasta sospechosas negociaciones que varios gigantes del transporte marítimo mundial sostienen con astilleros vinculados con el régimen chino, ignorando sus numerosas violaciones a los derechos humanos y otros atropellos contra la soberanía de varios países. 

El CSIS llama la atención sobre el hecho de que el gran auge que experimentan las empresas navieras, últimamente, las impulsa a aumentar sustancialmente sus ya numerosas flotas de portacontenedores y buques petroleros. 

Y justamente, son los grandes astilleros vinculados al Partido Comunista de China (PCCh) los que se benefician de los multimillonarios contratos de fabricación, con el inconveniente de que en estos lugares se construyen también los navíos de la Armada Naval del régimen chino.

“El opaco ecosistema empresarial chino ofrece una transparencia limitada en el flujo de capital dentro de su industria de construcción naval, pero las pruebas disponibles indican que los beneficios de los pedidos extranjeros probablemente reducen los costes de modernización de la armada china”, señala el informe del CSIS.

De hecho, la gigantesca Corporación Estatal de Construcción Naval de China (CSSC) la mayor constructora de embarcaciones comerciales del mundo, es de propiedad del PCCh, y sus activos están avaluados en 120.000 millones de dólares.

No solo eso, sino que: “El astillero también es responsable de la entrega de buques de guerra a la Armada del Ejército Popular de Liberación (PLAN), y los talleres, las instalaciones de fabricación y las gradas utilizadas para la producción de buques de guerra suelen ser las mismas que las utilizadas para los buques mercantes”, explicó otro informe del CSIS el año pasado.

Los vínculos del CSSC con el PCCh son tales, que: “La empresa se autoproclama como la ‘fuerza principal’ en el desarrollo de armas y equipos navales en apoyo de la defensa nacional”.

Adicionalmente, ocupa un lugar destacado en la estrategia de fusión militar-civil (MCF) de Beijing, cuyo objetivo es mejorar el Ejército Popular de Liberación (EPL). Asimismo, se propone potenciar el poder del PCCh en todas las áreas que se encuentren a su alcance. 

De esta situación se desprende que los riesgos para la seguridad nacional de Estados Unidos y el resto del mundo son de tal magnitud, que en el 2020, el gobierno prohibió a las personas y a las empresas estadounidenses invertir en 31 empresas chinas vinculadas al ELP, y precisamente CSSC era una de ellas.

No solo cuenta con unas 100 filiales en territorio chino, sino que entre estos se encuentran los cuatro astilleros más importantes, ubicados en las provincias de Dalian, Jiangnan, Hudong-Zhonghua y Huangpu Wenchong. 

En estos centros industriales se fabrican  decenas de navíos de combate de superficie para la PLAN, y, también, obtienen contratos por miles de millones de dólares con empresas extranjeras, a las que venden al menos  el 64% de la producción.

La estrecha relación de las navieras mundiales con el PCCh

Por otro lado, si bien la falta de transparencia de los registros entregados por CSSC no permite determinar la proporción en la que las compañías navieras mundiales apalancan la producción de equipos para la armada del régimen chino, las observaciones satelitales permiten inferir: “un intercambio directo de recursos entre las operaciones militares y civiles en los astilleros clave de China”.  

A lo largo de varios años, se evidenció que los buques encargados por la gigante del transporte marítimo Evergreen Marine Corporation, de Taiwán, eran construidos en los mismos astilleros junto con los más potentes portaaviones, cruceros y destructores del PLA.

Dadas las apremiantes y numerosas incursiones recientes de los aviones de combate del PCCh en la zona de identificación de defensa aérea de Taiwán, esta proximidad de la taiwanesa Evergreen y los barcos de combate del PCCh en los astilleros chinos se convierte en un asunto de interés para la seguridad nacional de la gran isla.

No obstante, además de Evergreen, los astilleros del CSSC también trabajan para la compañía Mediterranean Shipping Company de Suiza, la mayor compañía naviera de contenedores del mundo, si se toma como referencia su capacidad de carga; para la Kawasaki Kisen Kaisha (K-Line) y la Mitsui OSK Lines de Japón, un país que ya cuenta con una poderosa industria naviera.

Y no se trata solo de que diversas transportadoras marítimas del mundo compren naves al PCCh, sino que, además, entregan tecnología especializada a los astilleros de este. 

Un ejemplo de esa transferencia lo ofrece la empresa francesa  ingeniería naval Gaztransport & Technigaz SA (GTT), que “ha firmado varios acuerdos para poner su tecnología a disposición de los constructores navales chinos”, confirma el CSIS. GTT también comparte estrechos vínculos con CMA CGM.

Es de recordar que CMA CGM, también francesa, se ha convertido en  la tercera compañía mundial en el transporte de contenedores.​ Cuenta con al menos 200 rutas marítimas que se desplazan entre 400 puertos de 150 países.​

Más comprometedoras aún resultaron las acciones de la compañía de cruceros, Carnival Cruise Lines, con sede en Doral, Florida, Estados Unidos, que se asoció con CSSC para crear la compañía CSSC Cruise Technology Development, en 2016.

Como resultado de los acuerdos realizados por valor de 1.500 millones de dólares, Carnival Cruise Lines, transfirió dos de sus cruceros existentes a la nueva empresa conjunta, de donde, presumiblemente, CSSC tuvo acceso a toda la tecnología disponible en estos transatlánticos. 

Conviene recordar que el desarrollo y puesta en marcha de los complejos procedimientos tecnológicos logrados, han involucrado altos costes de investigación y desarrollo a las naciones que invirtieron en ellos, pero ahora pasan al régimen chino. 

En el campo de los proyectos militares, la tecnología es crucial, al grado de que el expresidente de China Shipbuilding Industry Corporation, (CSIC) que fue uno de los dos conglomerados de construcción naval más grandes vinculados a PCCh, Hu Wenming, se refirió a ella, diciendo:

“El campo de los productos militares es de muy alta tecnología e innovador, por lo que sin la cantidad necesaria de tecnología, es muy difícil entrar en esta industria”. 

De esta manera, el mismo informe de CSIS advierte: “Los responsables políticos de Washington deberían explorar las oportunidades de incentivar a las empresas extranjeras para que se alejen de China y se asocien con alternativas surcoreanas y japonesas”. 

Para emitir esta recomendación se consideró que, además de la experiencia de estos países en la industria naval, sus respectivos gobiernos son elegidos por el ejercicio libre de la democracia por parte de sus ciudadanos, práctica prohibida en China por el PCCh.

Además de las preocupantes relaciones comerciales entre las poderosas empresas navieras del mundo, que podrían estar ayudando al desarrollo de la PLAN, agravan la amenaza los manejos estratégicos carentes de transparencia que efectúa esta armada. 

La estrategia del avance naval del PCCh

Por otro lado, a los observadores no se les escapan las prácticas estratégicas con las que el PCCh causa polémica y disgusto a los países que ven vulnerados sus derechos a la soberanía marítima.

En el avance agresivo hacia su pretendido dominio de los mares del mundo, al PCCh se le acusa de utilizar una nutrida flota de naves pesqueras chinas como si fuera una milicia marítima, pero no lo admite, al decir de los expertos.  

Sobre este tema, se pronunció el director ejecutivo del Centro Paul Tsai de China en la Facultad de Derecho de Yale, Robert Williams, recalcando la coerción que suele caracterizar al régimen chino.

“China es muy eficaz en la utilización de herramientas de coerción no militarizadas. Beijing no ha querido renunciar a estas herramientas, que considera que entrañan riesgos limitados de escalada con los países vecinos”, escribió Williams en el blog Lawfare de la Brookings Institution.

Y hace notar que esa estrategia podría tener consecuencias perjudiciales para el PCCh: “Sería una exageración… afirmar que el establishment militar chino disfruta de las crisis. Muchos pensadores del EPL son muy sensibles a los riesgos desestabilizadores de las crisis militares”, señaló Williams.

Específicamente, se señala a la llamada flota de “Pequeños Hombres Azules”, que incursionó con más de 200 barcos pintados de azul, en el arrecife filipino de Whitsun, ubicado en el Mar de China Meridional, el 7 de marzo de 2021. Se cree que están tripulados por personal de la milicia marítima china.

“El despliegue continuado, la presencia persistente y las actividades de los buques chinos infringen la soberanía filipina”, declaró el Ministerio de Asuntos Exteriores de Filipinas en una protesta diplomática, añadiendo que “su presencia de enjambre amenazante crea una atmósfera de inestabilidad”.

La protesta de Filipinas fue respaldada por el Departamento de Estado de Estados Unidos, y su portavoz, Ned Price, dijo que su país “está con nuestro aliado, Filipinas, en relación con la preocupación por la reunión de los buques de la milicia marítima (china) cerca de Whitsun Reef”.

Y agregó: “Pedimos a Pekín que deje de utilizar su milicia marítima para intimidar y provocar a otros, lo que socava la paz y la seguridad”. Asimismo, reiteró que las embarcaciones chinas habían estado atracando en la zona durante muchos meses en un número cada vez mayor. 

Por su parte, la embajada del PCCh replicó: “No hay ninguna milicia marítima china como se alega”. 

Pero: “La Milicia Marítima de las Fuerzas Armadas Populares no pesca”, expresó Carl Schuster, exdirector de operaciones del Centro de Inteligencia Conjunta del Comando del Pacífico de los Estados Unidos (EE. UU).

Y explicó: “Tienen armas automáticas a bordo y cascos reforzados, lo que los hace muy peligrosos a corta distancia. Además, tienen una velocidad máxima de unos 18-22 nudos, lo que los hace más rápidos que el 90% de los barcos pesqueros del mundo”, de acuerdo con CNN. 

Para ampliar un poco el contexto de las protestas por estas actuaciones del PCCh, es de notar que un tribunal internacional invalidó en 2016 las pretensiones del régimen comunista chino sobre el 90% del Mar de China Meridional, no obstante, Beijing no aceptó el fallo y ha construido en ese territorio marítimo islas equipadas con radares, baterías de misiles y hangares para aviones de combate.

En otro evento, del que los expertos afirman que forma parte del esfuerzo del régimen chino por extender su poder sobre las vías navegables del mundo, un barco de la marina china ancló en el mar de Sulu, al suroeste de Filipinas, del 29 de enero al 1 de febrero.

Esta otra violación a los derechos de Filipinas, fue declarada por el Departamento de Asuntos Exteriores en Manila, como una “incursión ilegal”.

Por su parte, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Zhao Lijian, manifestó que el buque de investigación chino había llevado a cabo “un ejercicio del derecho de paso inocente de acuerdo con la UNCLOS [Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar]”. 

A lo que, Herman Kraft, profesor de ciencias políticas de la Universidad de Filipinas Diliman a VOA, replicó señalando: “Hablar de paso inocente parece ser una excusa que reconoce la jurisdicción filipina sobre la zona”.

Como si fuera poco, la supuesta milicia se camufla como la flota pesquera del régimen chino, la más grande del mundo, dado que cuenta con más de 187.000 barcos, comentó Andrew Erickson, un destacado experto estadounidense en la materia a CNN, aunque no hay certeza con respecto a su número real. 

Implicaciones de la milicia naval del PCCh

La milicia pesquera armada de China -o Milicia Marítima de las Fuerzas Armadas del Pueblo (PAFMM) como la nombra el Departamento de Defensa de Estados Unidos: “Ha existido durante décadas y aumenta las operaciones de los guardacostas chinos (CCG) y de la Marina del PLA (PLAN) en la región”, explican los autores Derek Grossman y Logan Ma, de la Corporación RAND. 

El régimen chino la utiliza para: “ganar sin luchar”, abrumando al adversario con enjambres de buques pesqueros, normalmente reforzados desde la retaguardia, junto con buques de la CCG, y posiblemente del PLAN, dependiendo de la contingencia, en anillos concéntricos escalables.

La utilización de los miles de barcos pesqueros tripulados por los “Pequeños Hombres Azules”, permitió al PCCh maniobras que evaden la respuesta de las armadas de los países agredidos con ellos.

“Una lección clave que aprendió Beijing fue que aprovechar las fuerzas de las milicias pesqueras tenía muchas menos probabilidades de provocar la intervención de Estados Unidos en el asunto, incluso cuando el vecino amenazado era un aliado de Estados Unidos”, señalan Grossman y Ma. 

Y recuerdan el impacto que tienen los hombrecitos azules: “Tras la Batalla de las Islas Paracel en 1974, la PAFMM se ha observado en casi todas las operaciones importantes del PLAN y del CCG para hostigar a los contrademandantes marítimos en las características disputadas o para arrebatarles las características”.

Asimismo, dado que el PCCh declara que no son buques militares, puede alegar que cualquier acción contra ellos por parte de armadas o guardacostas extranjeros constituiría un ataque contra civiles chinos, lo que disuade a los países pequeños de combatirlos, por temor a las represalias del régimen que los envía. 

Sinembargo, Andrew Erickson, el experto estadounidense, y su colega Ryan Martinson, desenmascararon a la PAFMM escribiendo: “No hay evidencia alguna de pesca durante estas operaciones centradas en el láser, y todo indica que se trata de una pesca de arrastre por reivindicaciones territoriales”, lo que demostraría la doble función de esta fuerza naval subrepticia. 

De hecho, el Departamento de Defensa al Congreso de Estados Unidos reconoció oficialmente la existencia de las PAFMM, considerándolas como la “tercera fuerza naval” del régimen chino, en un informe del 2018. 

También las clasificó como parte de la armada del PCCh: “El PLAN, el CCG y la Milicia Marítima de las Fuerzas Armadas Populares (PAFMM) forman la mayor fuerza marítima del Indo-Pacífico”, añade el informe.

¿Es la flota naval del régimen chino la más grande?

Si bien la flota naval del ejército chino se clasifica en algunos sitios web como la más grande del mundo por contar con 777 navíos, mientras que la del país que le sigue, Rusia, posee 603, no basta solo con una gran cantidad de naves, sino que se involucran otros criterios, por ejemplo, el poderío de estas. 

Tener en cuenta únicamente la cantidad de barcos, “es como decir que una ardilla es lo mismo que un rinoceronte, o que una patineta es lo mismo que un semi camión de 18 ruedas”, ilustra la página World Population Review.

Desde la perspectiva de la capacidad de transporte, calculada en toneladas de carga, la marina de Estados Unidos ha sido desde la Segunda Guerra Mundial la más potente, y así proyecta que lo siga siendo para el 2030 el autor Kyle Mizokami, en The National Interest. 

En este sentido: “Se espera que Estados Unidos siga siendo la potencia naval mundial dominante en 2030, gracias a una combinación inigualable de tonelaje y avances tecnológicos. La Armada de Estados Unidos no solo tiene muchos barcos, sino que tiene muchos barcos enormes y de última generación”, enfatiza World Population Review.

No obstante, otros países también seguirán aumentando sus respectivas armadas, entre ellos China, dado que “la PLAN tiene ambiciosos proyectos para seguir añadiendo más y más buques”.

De esta manera, aunque no se niega que la PLAN sea poderosa y haga uso de estrategias controvertidas, el contexto mundial la ubica en sus proporciones reales dentro de la esfera marítima que integra a todas las naciones.

Contradicciones del régimen chino

El régimen chino ha anunciado que impulsará su desarrollo hasta convertirse en el país que ostente la primacía mundial, como una de sus políticas, y las fuertes inversiones que efectúa en la modernización del ejército y de la fuerza naval muestran que se dirige a cumplir con su meta para el 2049, tal como lo tiene planeado.

Sin embargo, además de los numerosos conflictos internacionales que genera con sus agresivas actuaciones, enfrenta fuertes contradicciones sociales dentro del gran país que domina, lo que configura una bomba de tiempo que podría frustrar sus ambiciosos planes, y atentar aún contra su propia existencia.

Citando tan solo las violaciones a los derechos humanos que ejecuta en el ejercicio de la pesca internacional, denunciadas recientemente por Environmental Justice Foundation (EJF), una organización no gubernamental con sede en Londres, se tiene una percepción de ellas. 

Esta flota china de aguas distantes (CDWF, por sus siglas en inglés) emplea “prácticas destructivas como la pesca de arrastre de fondo y el uso de mano de obra forzada, en régimen de servidumbre y de esclavitud y de tripulación traficada” para despojar de las enormes cosechas de pescado a las comunidades de la costa africana.

José Hermosa–Redacción BLes

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