Redacción BLes – La región oeste de China en la que se encuentran la mayoría de los campos de concentración chinos, es la zona que registró la mayor contaminación del aire del mundo, según informó el medio indio, Business Standard.

Acorde a los datos arrojados por el rastreador de calidad del aire IQAir que mide las partículas finas nocivas en la atmósfera, las PM 2.5, Hotan registró en 2020 una calificación promedio anual de 110.2 µg/m³ de dichas partículas, siendo el valor de referencia normales de 5 µg/m³ la media anual. 

Según la definición de la OMS, la Materia Particulada (PM) “es un indicador indirecto común de la contaminación del aire. Afecta a más personas que cualquier otro contaminante. Los componentes principales de las partículas son sulfato, nitratos, amoníaco, cloruro de sodio, carbón negro, polvo mineral y agua”. 

Entre las PM, las denominadas PM 2.5 se refieren a las que tienen un tamaño de 2.5 micrones o menor y se consideran especialmente peligrosas para la salud humana porque logran atravesar todas las barreras de defensas del cuerpo humano, según asegura la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA). 

La región de Hotan se encuentra en Turkestán Oriental, llamada por el régimen comunista chino como “Región Autónoma Uygur de Xinjiang”, la cual limita con Asia central. 

En la zona de Xinjiang residen varias etnias minoritarias, incluidos los uigures, quienes son musulmanes sunitas de habla turca que culturalmente se ven más cercanos a las naciones de Asia Central que a China, por lo cual, por defender sus creencias, su idioma y costumbres, constantemente están siendo sometidos a una persecución brutal por parte del régimen chino.

Se estima que desde 2017, entre 1 y 3 millones de personas de estas minorías étnicas han sido encerradas en los campos de concentración del Partido Comunista chino (PCCh), y son sometidas a trabajo esclavo bajo todo tipo de torturas y abusos. 

Según un informe del año pasado, el Instituto Australiano de Política Estratégica (ASPI) analizó imágenes satelitales las cuales revelaron 380 instalaciones sospechosas de ser campos de internamiento, a los cuales el PCCh llama ‘centros de reeducación’, construidos o ampliados desde el mencionado año. 

Numerosos testimonios relatan que dichos campos de concentración albergan además a los practicantes de la disciplina espiritual Falun Gong (también denominada Falun Dafa), quienes desde 1999 sufren una persecución despiadada que incluye la extracción forzada de órganos para venderlos en un lucrativo mercado ilegal. 

El medio Breitbart hace mención a la escasa presión que ejercen los ambientalistas de EE. UU. respecto de la escandalosa cifra de contaminación del aire de China, siendo que incluso los más radicales se han empecinado en relacionar los altos indices de contaminación a un problema de discriminación, promoviendo el término “racismo ambiental” para explicar el fenómeno.

Así es que por ejemplo, en 2019, la senadora de izquierda Elizabeth Warren (D-MA) citó estudios que supuestamente sugieren que “las familias negras e hispanas se ven afectadas de manera desproporcionada por la contaminación del aire causada por los blancos”.

“La injusticia ambiental es el resultado de décadas de discriminación y racismo ambiental agravado en comunidades que se han pasado por alto durante demasiado tiempo”, había dicho la senadora. 

Citando los datos de IQAir de 2020, el medio Al Jazeera informó el 22 de noviembre que “India tenía 46 de las 100 ciudades más contaminadas del mundo, seguida de China (42), Pakistán (6), Bangladesh (4), Indonesia (1) y Tailandia (1)”, informó Al Jazeera el 22 de noviembre. 

Vanesa Catanzaro – BLes

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