TIJUANA, México (AP) — México se comprometió el domingo a reforzar la seguridad cerca de su frontera con Estados Unidos y las autoridades locales informaron del arresto de 39 migrantes después de que una marcha  desencadenó un caos y de que agentes estadounidenses tuvieran que lanzar gases lacrimógenos a México para intentar detener a los migrantes que cruzaban la frontera por la fuerza.

La Secretaría de Gobernación informó el domingo que deportará de inmediato a quienes intentaron ingresar “violentamente” a Estados Unidos desde Tijuana. En tanto, el gobierno municipal de Tijuana dijo que más de tres docenas de migrantes fueron arrestados por perturbar la paz y otros cargos derivados de la marcha y los sucesos posteriores.

La gran mayoría de los más de 5.000 migrantes centroamericanos que acamparon durante más de una semana en un complejo deportivo de Tijuana volvieron al albergue improvisado para formarse para recibir alimentos y recuperarse de una tarde perturbadora.

El gas alcanzó a cientos de migrantes que protestaban cerca de la frontera, cuando cientos de ellos intentaron cruzar la barda y el alambre que divide a ambas naciones. Las autoridades estadounidenses cerraron durante varias horas el cruce fronterizo de San Ysidro, el más transitado del país.

La situación se deterioró después de que el grupo comenzó una protesta para pedir a Estados Unidos que acelere el proceso de solicitudes de asilo para los migrantes centroamericanos estacionados en Tijuana.

La policía mexicana había impedido que pasaran por un puente que conduce al puerto de ingreso en México, pero los migrantes empujaron a los agentes y cruzaron el río Tijuana debajo del puente. Aunque en la otra ribera había más policías antimotines, los centroamericanos caminaron por el río hasta un área donde sólo un dique de tierra y alambre de púas los separaban de los agentes de la Patrulla Fronteriza estadounidense.

Entonces algunos intuyeron que había una oportunidad de cruzar.

Varios migrantes se alejan de gas lacrimógeno arrojado por agentes estadounidenses en Tijuana, México, el domingo 25 de noviembre de 2018. (AP Foto/Rodrigo Abd)
Varios migrantes se alejan de gas lacrimógeno arrojado por agentes estadounidenses en Tijuana, México, el domingo 25 de noviembre de 2018. (AP Foto/Rodrigo Abd)

Un reportero de The Associated Press vio a agentes estadounidenses conteniendo con cartuchos de gas lacrimógeno los cientos de migrantes que intentaron penetrar la frontera a través de varios puntos. La televisora mexicana Milenio mostró imágenes de personas subiendo cercas y arrancando láminas de metal para ingresar en suelo estadounidense

La hondureña Ana Zúñiga, dijo que vio a los migrantes abrir un pequeño hueco en entre el alambre de navajas del lado mexicano de un dique, ante lo cual los agentes arrojaron los cartuchos.

A algunos metros de distancia en el lado estadounidense, compradores ingresaban y salían de un centro comercial, que finalmente cerró sus puertas.

Durante todo el día, helicópteros de la Patrulla Fronteriza estadounidense sobrevolaron la zona, mientras que agentes vigilaban detrás de la cerca en California. Los cruces peatonales en el puerto de San Ysidro fueron cerrados tanto en las instalaciones en el este como en el oeste, indicó la oficina de la Patrulla Fronteriza en San Diego vía Twitter. Todo el tránsito norte-sur y viceversa dejó de fluir. A diario, más de 100.000 personas ingresan a Estados Unidos desde ese punto.

Kirstjen Nielsen, secretaria de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés), dijo en un comunicado que las autoridades estadounidenses seguirán manteniendo una presencia “robusta” en la frontera suroccidental y que entablarán acciones judiciales contra cualquiera que dañe propiedad federal o viole la soberanía de Estados Unidos.

“El DHS no tolerará este tipo de desorden y no titubeará en cerrar los puertos de ingreso por razones de seguridad pública”, afirmó.

Más de 5.000 migrantes han estado acampando en el interior y en los alrededores de un complejo deportivo en Tijuana tras recorrer México en las últimas semanas como parte de una caravana. Muchos tienen la esperanza de solicitar asilo en Estados Unidos, los agentes en San Ysidro están procesando unas 100 peticiones diarias.

Juan Manuel Gastélum, alcalde de Tijuana, declaró el viernes una crisis humanitaria en esta ciudad fronteriza de 1,6 millones de habitantes, que dice pasa apuros para darle alojamiento a la gran cantidad de migrantes.

El presidente estadounidense Donald Trump expresó el domingo en Twitter su descontento con las caravanas en México.

“Sería muy inteligente si México detuviera a las caravanas mucho antes de que lleguen a nuestra frontera sur, o si los países de donde provienen no les permitieran crearlas (es una forma de que saquen a ciertas personas de su país y las echen a Estados Unidos. Pero ya no)”, escribió.

La Secretaría de Gobernación informó el domingo que México ha enviado a 11.000 centroamericanos de vuelta a sus países de origen desde el 19 de octubre. Indicó que 1.906 de ellos eran integrantes de las últimas caravanas.

México se encamina a deportar a unos 100.000 centroamericanos para fines de año.

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