Venezuela fue el país de Suramérica que obtuvo los mayores ingresos en las últimas décadas del siglo pasado, por ventas de petróleo, y por consiguiente, las más llamativas muestras de riqueza, por lo que lo llamaron “Venezuela Saudita”, contrastando fuertemente con la pobreza que la somete a una profunda crisis actualmente.
A pesar de que en el país se inició la explotación petrolera desde los años 30 fue tan solo a partir de 1958 que logró suficiente estabilidad política como para hacerse cargo de su propia riqueza.

La baja tasa de desempleo que caracterizó la década de los 80 fue un reflejo de las inmensas inversiones en infraestructura, financiada por tasas de crecimiento económico superiores al 4 por ciento.
Igualmente se mantuvo al margen de las tasas de inflación ascendente que azotaron a varios de los países de la región, manteniendo sus precio bajos.
El poder adquisitivo de la moneda nacional permitía a sus ciudadanos salir al exterior, a gozar de los beneficios de la abundancia, y entre los indicadores llegó a contar con el del país de mayor consumo de whiskey del mundo.
En el campo arquitectónico se desarrollaron edificaciones únicas para su época en América Latina, y vías impensables para otros países.

Entre las obras de infraestructura surgieron una gran empresa siderúrgica y una hidroeléctrica gigantesca.

Cuando el presidente Carlos Andrés Pérez nacionalizó la industria petrolera se disparó el precio del crudo, alcanzando logros aún más brillantes que los anteriores, incluso en inversión social.
Todo ello al margen del verdadero desarrollo que permitiera vincular a la mayoría de la población, lo que se notó en cuanto la economía se desestabilizó en 1983, evidenciándose el daño de la corrupción y disparándose la pobreza y el descontento.
A partir de entonces la bonanza económica empezó a desaparecer, y en el colmo de sus crecientes dificultades los ciudadanos optaron por elegir al militar Hugo Chávez, apartándose de los políticos tradicionales.
Al mandato del nuevo presidente lo acompañó el mayor incremento de los ingresos por ventas de petróleo de la historia, pero en cuanto cayeron los precios todos los festejos terminaron, iniciando de nuevo el declive que hace de Venezuela una de las naciones con las mayores dificultades del continente, hoy en día.
José Ignacio Hermosa – BLes
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