Las calles estaban sitiadas por agentes policiales y civiles adeptos a la dictadura, aún así algunos ciudadanos salieron vestidos de blanco para exigir libertad. A la hora de inicio de la marcha, las calles lucían casi desiertas

Luego del 15 de noviembre, los cubanos que exigen la libertad de la isla quedaron con un sinsabor en la boca. La Marcha Cívica por el Cambio quedó ahogada por agentes de la seguridad del Estado vestidos de civiles quienes vigilaron cada esquina, plaza y casa. No sin antes arrestar o desparecer a más de 50 personas, según el balance de Cubalex.

En pocas palabras, el país quedó militarizado, dando a la dictadura cubana lo que tanto anhelaba: silencio contra sus abusos sistemáticos. Los grupos que salieron a las calles se encontraron con agentes de policía y civiles simpatizantes a la dictadura. Poco a poco la protesta fue mermando. Sin embargo, esto no significa que el castrismo haya salido victorioso, por el contrario, reiteró ante la comunidad internacional sus nulos principios democráticos.

Dos de las moderadoras del grupo Archipiélago, organización de convocó la marcha, quedaron detenidas tres días antes de las protestas. De Daniela Rojo se desconoce su paradero, mientras que Yanilys Sariego sigue en la cárcel. A las tres de la tarde, hora de inicio de la marcha, las calles lucían casi desiertas en algunas zonas de Centro Habana, Habana Vieja, Cerro y Plaza de la Revolución, relató el portal 14 y medio.

“Mi casa ha estado sitiada durante tres días”, dijo en un mensaje de texto Manuel Guerra, médico de Holguín, en el oriente de Cuba. «Cuba está de luto». En paralelo, medios de la dictadura cubana citados por The New York Times se centraron en el regreso de las clases presenciales y la reapertura del turismo. No obstante, en las calles, la historia era menos que optimista.

Detenidos y sitiados

La jornada de represión será otra mancha para el castrismo, representado por Miguel Díaz-Canel. «Si algo han revelado los acontecimientos referidos al 15 de noviembre (15N) es la manera en que el régimen ha cincelado su envilecimiento cuando de repudiar a los opositores se trata. Afortunadamente, para la posteridad, tal brutalidad ha sido grabada por ubicuos teléfonos celulares», apuntó Cubanet.

La historiadora de arte, curadora y activista Carolina Barrero fue arrestada poco después de las 3:00 de la tarde “por ejercer su derecho a manifestarse pacíficamente”, informó el grupo Archipiélago a través de Telegram. Arbitrariedad que también fue difundida por José Miguel Vivanco, director para las Américas de Human Rights Watch.

El opositor Guillermo “Coco” Fariñas, así como Osmel González Darlington y Miguel Luis Blanco Silva también están detenidos. En el reporte de Cubalex se leen los detalles de cómo se los llevaron. En este sentido, el caso del joven dramaturgo opositor Yúnior García se viralizó en redes, luego que el régimen cubriera su ventana con una bandera cubana. Había planeado marchar solo con una rosa blanca, pero simpatizantes de la dictadura le impidieron salir de su casa.

«Nos obligaron a trabajar»

La dictadura cubana declaró ilegal la protesta, un derecho fundamental en sociedades democráticas. Sin embargo, en Cuba las muestras de descontento no tienen cabida. Para terminar de dilapidar las voces del 15N, el régimen también ordenó a comerciantes abrir sus negocios para fingir normalidad.

Yuniel, un joven de 28 años dio testimonio a 14 y medio detallando que «en una de las tiendas de Carlos III estaban vendiendo pan con jamón en moneda nacional». Una de las dependientas mostró su temor y mencionó que estaba «loca por regresar a casa» pero tenía que estar ahí hasta las nueve de la noche. «Nos obligaron a trabajar», contó. Sin embargo, algunos negocios privados no abrieron sus puertas. Varios incautos salieron vestidos de blanco a recorrer la ciudad, el color promovido por los organizadores de la convocatoria.

Más allá de los detenidos, el silencio y las amenazas hay un dato importante: el enorme gasto logístico que seguramente hizo el castrismo para lograr su cometido a través de efectivos policiales, civiles y vehículos para dispersarlos por todo el país. También será necesario evaluar a corto plazo qué tan bajo volvió a caer la imagen internacional del régimen cubano.

Oriana Rivas – Panampost.com

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