En entrevista con Panam Post, el director de Prisoners Defenders, Javier Larrondo, comparó la situación de los presos políticos de Cuba y la nación bajo el control de Kim Jong Un. Su organización recopiló las 15 formas de tortura que ejerce la dictadura castrista contra la disidencia en una investigación presentada ante la ONU.
La retaliación del régimen cubano en contra de quienes adversan al comunismo en la isla es macabra. La organización Prisoners Defenders (PD) asegura que el número de presos políticos aumentó de 150 a 1236 desde junio de 2021 hasta mayo de 2022. De ellos, 1046 están sufriendo condenas y limitación de libertad por parte de las fiscalías en flagrante violación de la ley internacional y el debido proceso.
A la cifra que representa diez veces más de casos de ensañamiento judicial en un año se suman otros 11000 civiles —la mayoría jóvenes— que no pertenecen a organizaciones opositoras, pero enfrentan penas medias de dos años y 10 meses como parte de condenas “pre-delictivas”, es decir, sin delito alguno cometido. El Código Penal del castrismo lo permite. La normativa los considera con tendencia a poder cometer delitos en el futuro “por la conducta que observa en contradicción manifiesta con las normas de la moral socialista”. Así lo establece el artículo 72 para imponer penas de 1 a 4 años de prisión sin delito ni investigado, ni sucedido, ni cometido, ni tentativo.
“Cuba en este momento está a la par de Corea del Norte, la verdad. Siempre ha sido así, pero ahora está saliendo a la luz porque el pueblo no puede más con esa aberración de sistema violatorio de todos y cada uno de sus derechos”, afirma Javier Larrondo, director de Prisoners Defenders, en entrevista con PanAm Post.
Una realidad
La comparación de Larrondo entre la situación de los presos políticos de Cuba y la nación bajo el control férreo de Kim Jong Un se basa en hechos reales. Su organización recopiló las 15 formas de tortura que ejerce el castrismo contra la disidencia en una extensa investigación presentada ante Naciones Unidas.
Con 100 testimonios de víctimas, PD reveló cómo la administración de Miguel Díaz-Canel logra obtener una confesión o información a favor de sus intereses políticos en los juicios de los presos políticos de Cuba. Las prácticas incluyen la exposición a altas y bajas temperaturas, intimidaciones, chantajes, desnudos forzados, privación de atención médica, agresiones físicas, desorientación intencionada, privación de líquidos y alimentos, privación intencional del sueño hasta la privación de la comunicación con la defensa, la familia y allegado.
Las repudiables prácticas tienen coincidencias con las del dictador norcoreano, quien utiliza las patadas, puñetazos y objetos contundentes para golpear a los prisioneros de conciencia. El uso es “continuo y generalizado entre investigadores y guardias en las cárceles” asegura el vicedirector de Human Rights Watch para Asia, Phil Robertson en un informe.
Los detenidos en esta nación viven hacinados en unas celdas con nulas condiciones de higiene y sin calefacción para convertir las temperaturas del invierno de hasta 20 grados bajo cero en recurso de amedrentamiento.
Allá “el abuso, la tortura y el castigo, incluso por no permanecer inmovilizado cuando se le ordena a un detenido, parecen ser más graves cuando los interrogadores intentan obtener confesiones. Debido a que los detenidos son tratados como si fueran seres humanos inferiores, indignos de un contacto visual directo con los agentes del orden, se los menciona con un número en lugar de sus nombres. Algunas detenidas denunciaron acoso y agresión sexual, incluida la violación”.
Justicia parcializada
En Corea del Norte la mayoría de los casos penales terminan en condenas a cumplir en las colonias de trabajos forzados, diferentes de los aún más temidos y brutales “kwanliso” (campos de concentración para presos políticos). En Cuba ocurre algo similar con los presos políticos.
El balance de PD arroja que las “detenciones, juicios y condenas han sido una gran obra de teatro” donde “las causas se han fabricado al antojo de los acusadores”, sin permitir a organismos internacionales y diplomacia de más de 27 países estar presentes en los juicios.
“Los testigos eran todos policías, miembros de las organizaciones del partido de poder, o funcionarios del Estado. A pesar de que desórdenes públicos fue el delito más presente en todos los casos (en un 61% de los casos), no hemos encontrado un sólo testigo civil independiente del estado, entre las decenas de sentencias examinadas hasta la fecha, que manifestara su malestar”. En redes claman por libertad.
Este patriota, Silverio Portal, es un ejemplo de valentía y compromiso con la causa de la libertad de nuestra patria y de los #PresosPoliticosDeCuba. ¡Gracias Silverio!
–#PresosDeCastro #EnCubaNoHayLibertad #EnCubaHayUnaDictadura #LibertadParaLosPresosPoliticos pic.twitter.com/InPFSqSf4Z— Presos Políticos De Cuba (@PresosCuba) June 7, 2022
Por Gabriela Moreno – Panampost.com