Redacción BLesEl grupo de los siete países más poderosos e influyentes del mundo se reunieron durante el  fin de semana y manifestaron a través de un comunicado su profunda preocupación por el crecimiento militar del régimen comunista chino y su amenaza en áreas estratégicas como el Mar Oriental y Meridional y por las constantes violaciones a los derechos humanos sobre prisioneros políticos y religiosos principalmente.

Si bien el asunto de Rusia y su posible invasión sobre Ucrania mantiene preocupada a la comunidad internacional y por supuesto fue uno de los temas discutidos durante el último encuentro del G-7, el creciente poder del régimen comunista chino fue el asunto que adquirió mayor protagonismo, según se informó.

Respecto a Rusia, a pesar que el Kremlin niega que planea invadir a Ucrania, a Occidente le preocupa que se esté preparando para atacar, sobre todo después de que Rusia exigió garantías de seguridad legalmente vinculantes de que la OTAN no se expandirá más hacia el este.

Pero como se mencionó anteriormente el centro de las preocupación estuvo en el asunto de China y su resurgimiento como posible líder mundial, lo cual es una idea que no convence a las potencias occidentales. 

China en 1979 tenía una economía que era más pequeña que la de Italia, pero después de abrirse a la inversión extranjera e introducir reformas de mercado, se ha convertido en la segunda economía más grande del mundo y es líder mundial en una gama de nuevas tecnologías. 

La secretaria de Relaciones Exteriores británica, Liz Truss, quien presidió los encuentros del G-7, dijo que las discusiones sobre China cubrieron “una variedad de temas y desafíos”.

Entre los tópicos tratados se incluye el asunto de los derechos humanos en Hong Kong, donde el Partido Comunista Chino (PCCh) está acusado de oprimir la libertad democrática, y la región de Xinjiang, donde se lo acusa de perseguir a la minoría étnica uigur y encerrar a sus miembros en campos de trabajo forzado.

A través de un comunicado, Truss dijo que los ministros también hablaron de “la importancia de la paz y la estabilidad a través del Estrecho de Taiwán” y los problemas en el Mar de China Meridional, como los relacionados con “los reclamos de tierras, las actividades y los incidentes graves en la zona”, los cuales pueden socavar la paz y la estabilidad en la región.

También se discutió la necesidad de apoyar a Lituania. China canceló sus relaciones diplomáticas con el estado báltico y suspendió los servicios consulares luego de que Taiwán abriera la Oficina de Representación en Lituania el 18 de noviembre.

“Hemos sido claros en esta reunión de este fin de semana que estamos preocupados por las políticas económicas coercitivas de China”, dijo Truss según reportó el medio US News.

El G-7, que comprende a los Estados Unidos, el Reino Unido, Canadá, Francia, Italia, Alemania y Japón, a los que se suma una extensa lista de países aliados, reafirmó su “interés compartido en mantener una región Indo-Pacífico libre y abierta” y alentó a “intensificar cooperación en la promoción de la seguridad marítima”, agregó Truss.

La agrupación es consciente de que China ha desarrollado un preocupante poder, pero el cual puede ser fácilmente neutralizado si el resto de los países ‘fuertes’ de occidente se unen motivados por el objetivo común de luchar contra los atropellos del régimen comunista. 

Los representantes del G-7 también fueron contra Corea del Norte, a quien solicitaron que se abstenga de realizar “acciones de provocación” y se involucre en un proceso diplomático para tener un “abandono completo, verificable e irreversible” de todas las armas ilegales de destrucción masiva y misiles balísticos.

Andrés Vacca – BLes.com

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