Muchos se mantienen en las ocho bases militares convertidas en refugios. Otros fueron reubicados en estados como Dakota del Norte, Oklahoma o Texas. Una tarea que la Administración Biden debe llevar con cautela luego de errónea retirada de Afganistán

Han pasado casi cuatro meses desde que las escenas de afganos desesperados en el aeropuerto de Kabul le dieron la vuelta al mundo. Se agarraban de las puertas de los aviones, pedían cruzar las puertas de acceso al lugar e incluso un bebé fue elevado por los aires para que un soldado estadounidense lo tomara en sus brazos. Los expertos advirtieron sobre las consecuencias de una errónea retirada liderada por Joe Biden y sin los protocolos necesarios. Hoy, Estados Unidos está lidiando con la reubicación de miles de refugiados.

Se calcula que unos 70000 afganos han llegado a suelo estadounidense, según una reseña de Breitbart. Eso le ha costado al país más de 13300 millones de dólares. Dinero que va al mantenimiento y hospedaje en bases militares, pagos a los propios afganos para que inicien su vida desde cero, entre otros.

¿Qué ha pasado con ellos? Algunas mujeres embarazadas han dado a luz, y sus hijos acceden automáticamente a la ciudadanía estadounidense. Otros buscan trabajos y viviendas, mientras la Administración Biden se enfrenta al reto de reubicarlos en ciudades donde el alto costo de la vida o la falta de empleo no sea un impedimento.

Al 19 de noviembre, se habían asentado más de 22500 refugiados del país asiático y 42500 más permanecen en viviendas temporales en ocho bases militares en todo el país, esperando sus nuevos hogares, indicó The New York Times.

 

¿A dónde los llevan?

Acuerdos entre el Departamento de Estado y las agencias de reasentamiento involucraron el envío de 5.255 afganos a California, 4.481 a Texas, 1.800 a Oklahoma, 1.679 a Washington, 1.610 a Arizona y cientos más a casi todos los estados. Dakota del Norte recibirá al menos 49 refugiados. Mississippi y Alabama obtendrán al menos 10, agregó el tabloide. Algunos piden ubicarlos con familiares o amigos que ya residen en Estados Unidos, pero otros carecen de cualquier tipo de lazo con tierra norteamericana.

La cantidad de vacantes laborales puede jugar a favor de los afganos, en momentos donde las secuelas de las primeras oleadas de la pandemia provocó que negocios necesiten empleados para atender la demanda de los clientes. Por ejemplo, en Fargo, ciudad de Dakota del Norte «muchos restaurantes tienen que cerrar temprano porque no pueden encontrar suficientes trabajadores».

Ahora bien, luego surge la necesidad de vivienda. En Fremont, California, apartamentos de una habitación que cuestan más de 2500 dólares al mes. Sin embargo, en Fargo, cuestan unos 730 al mes; por su parte en Tulsa, ciudad de Oklahoma van por los 760 dólares, según el portal.

Las ayudas monetarias a los refugiados afganos llegan a través de agencias de reasentamiento como un pago único de hasta 1225 dólares por persona para asistencia alimentaria, alquiler o muebles. Pero el Gobierno demócrata debe tener cuidado, no integrar a los refugiados con éxitos puede traerle más problemas a la golpeada Administración, sobre quien pesan tensiones internacionales y tareas internas pendientes.

Estadounidense por nacimiento

Hay alrededor de 250 bebés nacidos de evacuadas afganas en bases militares convertidas en refugios. Los padres llegaron en los aviones que salieron abarrotados del aeropuerto de Kabul y como algunos de ellos carecen de visas, la ciudadanía de sus hijos los ampara para obtener la residencia. Es una tema complejo y numeroso que la Administración Biden busca gestionar.

Desde la trágica retirada no hay demasiada información sobre el estado interno de los refugios, pero sí han trascendido peligros que conllevaron una retirada tan apresurada. Como los casos de trata infantil de niñas que se llegaron y dijeron estar «casadas» con hombres mayores o la mujer soldado atacada por un grupo de refugiados afganos que se encuentran alojados en Fort Bliss, al sur de EE. UU.

No está de más mencionar el caso de la Unión Europea (UE), ya que países del bloque también recibieron refugiados afganos pero dejaron clara su molestia por la salida de las tropas estadounidenses de Afganistán.

Los afganos presentaron más de 17000 solicitudes de asilo en la UE, frente a las 10000 de agosto. El incremento es de 72 % según la Oficina Europea de Apoyo al Asilo (EASO). El aumento sin duda es un reflejo de la salida de tierras de tierras afganas, que tal como explicaron expertos, dejó a EE. UU. como el «perdedor de otra guerra».

Oriana Rivas – Panampost.com

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