El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump ha considerado la posibilidad de cerrar la frontera sur de su país, en límites con México, en un intento por garantizar la seguridad de su nación, y que las personas y mercancías que ingresan al país sean de beneficio para todos.

“Háganlo por avión, háganlo por autobús, háganlo de la manera que deseen, pero NO van a ingresar a EE.UU. Si es necesario, cerraremos la frontera de forma permanente. Congreso, ¡financia el MURO! indicó Trump”, dijo el mandatario por su cuenta de Twitter, el 26 de noviembre.

El pasado 25 de noviembre un grupo de centroamericanos trató de ingresar ilegalmente al país, forzando la vigilancia de la policía mexicana, y obligando a cerrar por varias horas el paso fronterizo de San Ysidro, entre San Diego, y Tijuana

La longitud de la frontera es de aproximadamente 3000 kilómetros.

Para considerar el impacto que implicaría el bloqueo de ingresos y egresos por el límite sur de país, conviene tener en cuenta las dimensiones del tráfico por esa parte.

Tan solo por este paso fronterizo cada día pasan 120.000 vehículos, 6.000 camiones y 63.000 peatones, en promedio, convirtiéndolo en el mayor puerto terrestre del hemisferio occidental, en datos proporcionados por CBS News.

Asimismo, el cierre total de la frontera, de aproximadamente 3.000 kilómetros, impediría que unos 558 mil millones de dólares en productos fluyeran a través de la misma, en ambos sentidos, con consecuencias económicas devastadoras para los dos países.

Son camiones de carga, trenes, barcos y aviones los que transportan millones de pasajeros y miles de millones de dólares en mercancías.  

Unas 465.000 personas entran a los Estados Unidos cada día por su frontera sur, y se calcula que el valor de los bienes es de más de mil millones de dólares por día.

Datos sobre el intercambio fronterizo entre las dos naciones.

“Es una imposibilidad económica. Literalmente, las dos economías se detendrían. Ambas economías se han establecido para depender del comercio transfronterizo”, dijo Duncan Wood, director del Instituto Wilson Center, de México, según el mismo medio.

De este modo la presión creada por los integrantes de las caravanas en las que han llegado miles de personas, pretendiendo ingresar a los Estados Unidos, y el tráfico de drogas, entre otros riesgos que atentan contra la seguridad del país, parecieran aproximar aún más la posibilidad del cierre definitivo de la cuestionada frontera.

Por otro lado, Olga Sánchez Cordero, la nueva ministra del Interior de México, así como el portavoz del nuevo presidente Andrés Manuel López Obrador, han dicho que México no quiere que los migrantes permanezcan en México mientras los Estados Unidos estudian sus solicitudes de asilo, dijo Time.

José Ignacio Hermosa – BLes

Suscríbete para recibir nuestras últimas noticias

Al enviar este formulario, acepto los términos.