Redacción BLes –Un grupo de legisladores demócratas y republicanos envió una carta a la representante de comercio de Estados Unidos pidiéndole que elimine las tarifas sobre los productos que compañías estadounidenses fabrican en China argumentando que estas incrementan el costo de producción, que finalmente impacta en el bolsillo de los consumidores, a pesar de que no hay pruebas de ello.

Según una carta a la que Breitbart asegura haber accedido, los representantes Darin LaHood (republicano de Illinois), Jackie Walorski (republicano de Nueva York), Ron Kind (demócrata de Illinois) y Suzan DelBene (demócrata de Washington) instaron a la Sra. Katherine Tai que amplíe el “proceso de exclusión arancelaria selectiva” del gobierno federal para incluir a más empresas que fabrican sus productos en China.

En 2018, durante la guerra comercial con China, Trump impuso una serie de impuestos a las importaciones de productos hechos en China en su intento de equilibrar la relación comercial con el gigante asiático que, como en el resto del mundo, siempre vende más de lo que compra.

Aunque inicialmente, el gobierno de Trump colocó los aranceles en una lista parcial de productos hechos en China, a medida que la guerra comercial con Beijing escaló, las tarifas de la sección 310 terminaron cubriendo todas las importaciones de China.

Trump asegura que con la medida hizo que el PCCh pague 100 mil millones de dólares en aranceles y la decisión fue vista como uno de sus logros como presidente ya que Estados Unidos tuvo un crecimiento económico importante con las políticas de ‘América Primero’ del expresidente.

No obstante, el grupo de legisladores argumenta que las tarifas incrementan el costo de los productos lo que eventualmente afecta el precio para los consumidores, aunque los datos de la economía de la era Trump, no indican que las tarifas hayan impactado en los consumidores, tampoco se registró un aumento en la inflación.

“Instamos a la Oficina del Representante Comercial de los Estados Unidos (USTR) a que amplíe inmediatamente su proceso de exclusión para apoyar a los trabajadores estadounidenses, a las empresas y a nuestra recuperación económica”, escribieron los legisladores en la carta.

Las tarifas de Trump vencieron en enero cuando terminó su mandato, y la administración Biden anunció que haría una revisión de las mismas que duraría hasta diciembre de este año.

La revisión, según un comunicado de la USTR, se basará en si estos productos solo se pueden producir en China es decir si realmente presenta un problema para las compañías, y si los aranceles lograron el efecto deseado de balancear la relación comercial con China.

Tai es considerada una de las pocas o la única funcionaria de Biden con un perfil nacionalista por lo que analistas esperan que su decisión se incline a mantener las tarifas, aunque no está claro si la administración Biden quiere seguir ese camino o no.

En la carta, los legisladores explicaron: “Lamentablemente, los aranceles de la Sección 301 han afectado ampliamente a las empresas estadounidenses de los sectores manufacturero, agrícola, pesquero, minorista, energético, tecnológico y de servicios”.

Y agregaron que “los aranceles de la Sección 301 también han perjudicado a las familias y los consumidores estadounidenses al aumentar los precios de una amplia gama de productos de consumo”.

No obstante, durante la gestión de Trump, previa a la pandemia, no hubo indicación de que las tarifas hayan incrementado la inflación y el crecimiento económico que tuvo Estados Unidos antes de la pandemia, que incluye el incremento de los sueldos de la clase media, sobrepasó el impacto que los aranceles tuvieron en el precio final de los productos.

Desde 2001 a 2018, antes de las tarifas de Trump, el mercado laboral de Estados Unidos perdió 3.7 millones de puestos de trabajo que se fueron a China a medida que compañías estadounidenses como Apple, Nike, Tesla y demás, llevaron su manufactura al gigante asiático que ofrece costos de mano de obra muy bajos en comparación.

Sin embargo, el uso de mano de obra esclava, o de sueldos sumamente bajos con los que el régimen chino somete a la gente, no solo violan los estándares internacionales del trabajo, sino que destruyen las economías locales que no pueden competir con lo que ofrece el mercado laboral de China.

Alvaro Colombres Garmendia – BLes.com

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