Redacción BLes– La declaración emitida por la Casa Blanca sobre las elecciones en Nicaragua, denuncia que el presidente Daniel Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, realizaron unas elecciones “falsas”, que “no fueron ni libres ni justas”, ni democráticas.
“El encarcelamiento arbitrario de casi 40 figuras de la oposición desde mayo, incluidos siete posibles candidatos presidenciales, y el bloqueo de la participación de los partidos políticos amañaron el resultado mucho antes del día de las elecciones”, explica el documento del 7 de noviembre.
Y agrega: “Cerraron los medios de comunicación independientes, encerraron a periodistas y miembros del sector privado y amedrentaron a las organizaciones de la sociedad civil para que cerraran sus puertas”.
Al referirse a Ortega y a Murillo señala: “gobiernan ahora Nicaragua como autócratas, nada que ver con la familia Somoza a la que Ortega y los sandinistas combatieron hace cuatro décadas”.
También les exige que tomen “medidas inmediatas para restaurar la democracia en Nicaragua, y para que liberen inmediata e incondicionalmente a las personas injustamente encarceladas”.
Asimismo, advierte que “utilizará todas las herramientas diplomáticas y económicas a nuestro alcance para apoyar al pueblo de Nicaragua y exigir responsabilidades al gobierno de Ortega-Murillo y a quienes facilitan sus abusos”.
Ortega obtuvo la mayoría de la votación durante la jornada electoral del 7 de noviembre, asegurándose así un cuarto período presidencial en el país centroamericano, lo que fue criticado internacionalmente.
Para asegurar el desarrollo de la jornada más de 30.000 policías y militares salieron a patrullar.
Por su parte, el jefe de la política exterior de la Unión Europea, Josep Borrell, llamó a Ortega “dictador” y coincidió con la Casa Blanca en cuanto a que las elecciones fueron “falsas”, destacó DW.
Fue “una farsa contra el pueblo de Nicaragua, una farsa contra la comunidad internacional y sobre todo una farsa contra la democracia”, señaló a su vez el ministro de Asuntos Exteriores de España, José Manuel Albares.
Y agregó: “No hubo ningún tipo de verificación de estas elecciones. No tienen ningún tipo de garantías para España y la mayoría de la comunidad internacional y la Unión Europea”.
Una secretaria nicaragüense expresó su frustración ante las manipulaciones electorales diciendo: “No hay nadie por quien votar. Esto es un circo electoral”, agregando: “Si están tan seguros de que el pueblo les quiere, ¿por qué han metido en la cárcel a los aspirantes a la presidencia?”.
En este contexto, una encuesta realizada por Cid-Gallup informó que de acuerdo con los resultados dos tercios de los encuestados habrían votado por un candidato de la oposición.
Como consecuencia de las irregularidades, Estados Unidos y la UE están estudiando la posibilidad de imponer sanciones aún más estrictas al país.
Nicaragua fue clasificada como el 22º país más corrupto del mundo en el año 2020. El año pasado, el periódico nicaragüense Confidencial denunció que los organismos del gobierno de Ortega eran responsables de los asesinatos de al menos 300 activistas de la oposición.
El mismo informe también decía que el gobierno había encarcelado a más de 700 opositores políticos. Adicionalmente, se calcula que han obligado a 100.000 personas a exiliarse, principalmente a España, Costa Rica y Estados Unidos.
José Hermosa – BLes.com