El Departamento de Justicia presidido por el izquierdista Merrick Garland denunció al Estado de Texas por presunta discriminación racial en la redistribución de los distritos electorales tras el censo 2020.

El pasado lunes el Departamento de Justicia de los Estados Unidos, presidido por el izquierdista Merrick Garland, demandó al Estado de Texas por los planes del gobierno de realizar una redistribución de los distritos electorales alegando a que esta está basada en la “discriminación contra minorías” como los latinos y negros.

Garland utilizó el pretexto para presentar su demanda de que se está violando la Sección 2 del Acto de Derechos de Votación (Voting Rights Act), la cual prohíbe prácticas o procedimientos que esten basados en la discriminación con base a la raza, color o de acuerdo al lenguaje de alguno de los grupos minoritarios.

En sintonía con Garland, la Abogada General de la Casa Blanca, Vanita Gupta, se refirió a la redistribución de los distritos como una medida que deja a los votantes pertenecientes a las minorías con menos capacidad y oportunidades para elegir a sus representantes.

En Estados Unidos, luego de cada censo, que ocurren cada 10 años, todos los gobernadores tienen la facultad de presentar ante la Justicia federal la división de su territorio en distritos. En las elecciones a nivel país, cada distrito vota por un diputado nacional para la Cámara de Representantes federal.

Históricamente, los gobernadores arman distritos juntando zonas donde hay muchos votos que favorecen su partido y pocos que no, por lo que luego en cada distrito sus candidatos tienen más posibilidades de ganar. Esto ocurre hace siglos, y cuando se construyen distritos con formas muy extrañas que no tienen sentido territorial, se lo llama “gerrymandering“.

Sin embargo, el distritaje del gobernador republicano Gregg Abbott no constituyó un gerrymandering en Texas, de hecho, las formas quedaron prácticamente iguales, y la denuncia del Fiscal General demócrata es claramente una acción política para frenar una política que le va a dar más diputados republicanos al Estado sureño.

La demanda fue presentada en una Corte Federal radicada en la ciudad de El Paso, y expresa que una importante representación minoritaria del área de Dallas-Fort Worth fue trasladada mediante la redistribución de distritos hacia “condados rurales densamente poblados por gente anglosajona”, una acepción ya de por sí racista.

Este distritaje provocaría que las mencionadas minorías no se vean representadas políticamente, de acuerdo a la demanda presentada por el Departamento de Justicia. Bajo los mismos pretextos, desde el Gobierno federal aseguran que los dos asientos electorales ganados por Texas luego del censo llevado a cabo el pasado 2020, serán “exclusivamente de representación para la población blanca”.

El texto presentado ante la Justicia nombra como acusados al Secretario de Estado de Texas, John B. Scott, así como al Estado de Texas como entidad jurídica.

A su vez, fue promovida por el presidente del bloque demócrata de la Legislatura de Texas, Chris Turner, quien llamó a Joe Biden personalmente para pedirle esta medida, mientras él presentó un proyecto de ley para que el distritaje se haga “considerando a las comunidades negras, latinas y asiaticas”.

Texas no fue el único que recurrió a la redistribución de distritos luego de que el censo del año 2020 haya mostrado variantes en su población, lo mismo hicieron todos los Estados del país, particularmente Maryland e Illinois, dos Estados demócratas que realizaron los mismos cambios en sus mapas electorales para favorecer a los electores demócratas. Sin embargo, hasta el momento, el Departamento de Justicia de Garland no ha emitido palabra acerca de esos casos.

La demanda presentada en Texas asegura que en el estado sureño se usó una estrategia denominada “cracking”, la cual consiste en dividir poblaciones urbanas de minorías en varios distritos congresionales, lo cual crearía una ventaja “racial” para determinado partido político.

Irónicamente, mientras en Texas no hay evidencia de que esto haya ocurrido, Maryland sí utilizó esta estrategia en 2010 cuando dividió la ciudad de Baltimore en tres distritos congresionales según los rasgos raciales, creando tres distritos donde hay más votantes negros que blancos, diluyendo a los votantes blancos en los suburbios y en las áreas rurales en las afueras de Baltimore, que si estuvieran juntos en un solo distrito fácilmente podrían elegir un representante republicano.

El gobernador de Maryland, Larry Hogan, un republicano que sorprendió llegando al poder en 2015, mientras todos los diputados electos fueron demócratas, ha señalado que su Estado ha sido uno de los más perjudicados por el gerrymandering demócrata, y que su territorio es testigo de uno de los casos de redistribución más racistas del país.

Maryland no es el único caso que muestra una clara redistribución de distritos para el uso político de los demócratas, sino que también el Estado de Illinois, de donde es oriundo Garland y donde construyó toda su carrera política, también ha dividido la ciudad de Chicago en varios distritos congresionales favorables al partido demócrata basándose en la raza de sus votantes, ya que utiliza a los distritos rurales para rodear a la ciudad de Chicago.

El sesgo político de Merrick Garland ha provocado que el estado de Texas se enfrente a una situación legal totalmente injustificada, y que corre el peligro de que si su caso cae en el despacho de uno de los jueces militantes que puso Barack Obama durante sus 8 años de gobierno, pueda terminar con una condena delirante y selectiva.

Fuente: Derechadiario.com.ar

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