Redacción BLes- La candidata a la Corte Suprema, Amy Coney Barrett, nominada por el actual presidente Donald Trump, comenzó el lunes a defender su posición y puntos de vista respecto a diversas temáticas de índole judicial en la primera audiencia organizada para definir su nombramiento en la Corte.
Mientras los demócratas agotan sus recursos para impedir el nombramiento de la jueza Barrett, a quien ven como una traba para sus intentos de promover leyes anticonstitucionales, avanza el proceso legal que debe superar la magistrada para lograr su nombramiento.
En la audiencia de apertura el día lunes, Barrett declaró en una sala de audiencias adaptada a las normas que impone la pandemia por el virus del PCCh. Durante su exposición mostró varios puntos en desacuerdo con la jueza liberal Ruth Bader Ginsburg, fallecida el mes pasado dejando la vacante en la Corte que pretende ocupar Barrett.
“Los tribunales no están diseñados para resolver todos los problemas o corregir todos los errores de nuestra vida pública. Los estadounidenses merecen una Corte Suprema independiente que interprete nuestra Constitución y nuestras leyes tal como están escritas”, declaró Barrett, dejando asentado desde el comienzo de su discurso los valores y filosofía judicial constitucionalista que la caracterizan.
Según reportó la agencia de noticias AP News, algunos demócratas llevaron a la audiencia imágenes con la cara de la jueza Ginsburg. Sin embargo Barret respondió a las provocaciones elogiando el historial de la difunta jueza, destacando y agradeciendo el legado dejado como mujer pionera en lo más alto del sistema judicial.
La nominación de la jueza Amy Coney Barrett generó un gran revuelo entre los dirigentes demócratas quienes la tomaron con suma preocupación, a sabiendas de que, de confirmarse su nominación, se verán perjudicados sus planes alineados con la izquierda, los que frecuentemente están por fuera de lo que marca la Constitución.
Como los demócratas saben que no tienen los votos suficientes en el Senado como para bloquear de manera procesal una nominación presidencial, han intentado y siguen buscando alternativas para dilatar la designación.
El líder demócrata de la minoría del Senado, Chuck Schumer, prometió usar “todas las herramientas” para retrasar la nominación de Amy Coney Barrett a la Corte Suprema y comenzó su estrategia asegurando que ante la presencia del virus del PCCh, no es buen momento para confirmar la nominación, debido a los riesgos de reunirse en sesión, según reportó Fox News la semana pasada.
Durante el debate vice presidencial, la candidata demócrata Kamala Harris, apuntó sin fundamentos reales contra la jueza Barrett. La jueza nominada por el presidente Trump, realmente asusta a la izquierda. Es reconocida en toda su historia profesional por ser impecable en la lectura de la constitución, haciendo un análisis literal de las leyes, reproduciendo el modelo de su difunto y antiguo jefe, el juez Antonin Scalia.
Según AP News, Harris, quien testificó desde su oficina debido a la pandemia, planteó sin fundamentar sus ideas al igual que en el debate, que no solo están en juego la atención médica, sino los derechos al voto, los derechos de los trabajadores, los derechos al aborto y la idea misma de justicia.
Sus dichos parecen realmente producto de una desesperada acción por impedir una situación que parece ya inevitable, el nombramiento de Barrett, y que sin duda perjudicará a aquellos sectores que pretenden hacer un uso de la justicia basado en sus propios intereses y no en la lectura y el análisis real de la Constitución, tal como promete la jueza.
Luego de una intensa jornada durante todo el día lunes dedicada a las declaraciones de apertura, la jueza Barrett enfrentará en la audiencia del martes una ronda de preguntas.
La jueza Barrett es considerada en el ambiente de la justicia como una persona de mente legal brillante, que posee un enfoque justo e imparcial, un temperamento de suma rectitud y un respeto profundo por el estado de derecho y la Constitución de los Estados Unidos. Su nominación ofrece la oportunidad de afianzar una mayoría conservadora en la corte durante los próximos años con el tercer juez nominado por el presidente Trump.
Salvo un acontecimiento inexplicable, los republicanos parecen tener los votos en el Senado para confirmar a Barrett a un puesto vitalicio en la Corte Suprema.
Andrés Vacca-BLes.com