La secretaria Janet Yellen anunció públicamente que su tesitura heterodoxa para la inflación fue errónea, y el aumento de precios jamás fue un fenómeno meramente transitorio como postulaba desde un primer momento.

La tesitura tradicional de la administración de Joe Biden acaba de registrar el primer golpe contra la realidad. La secretaria del Tesoro de los Estados Unidos, la economista demócrata Janet Yellen, finalmente admitió que su pronóstico original para la inflación fue erróneo y que este fenómeno dista mucho de ser “transitorio” como postulaba hace un año.

En contra de todas las recomendaciones tradicionales, la primera gran medida significativa de Yellen y Biden fue un notorio incremento del gasto público, a partir de la aprobación del tercer paquete de estímulo fiscal desde 2020. El paquete de ayuda supuso un gasto adicional por US$ 1,9 billones dentro de lo que se catalogó como el “American Rescue Plan” de 2021.

La nueva ampliación de los cheques familiares aumentó el déficit fiscal del 15,8% al 18,3% del producto bruto interno (PBI) en marzo de 2021, mientras que las erogaciones federales treparon del 31,3% del PBI al 34% en el mismo período.

La Reserva Federal emitió grandes cantidades de dinero para absorber una drástica proporción de los bonos emitidos por el Tesoro para financiar los programas de estímulo, y el resultado inflacionario fue casi inmediato. Yellen no advirtió el cambio de las expectativas de los agentes, que ya no confían en que el déficit fiscal pueda ser financiado de manera no inflacionaria en el futuro.

“Me equivoqué sobre el camino que tomaría la inflación. Ha habido grandes impactos imprevistos en la economía que han disparado los precios de la energía y los alimentos y cuellos de botella en el suministro que han afectado gravemente a nuestra economía que en ese momento no entendí completamente”, admitió Yellen.

A diferencia de lo que propone el programa “Reconstruir mejor” en vista a los próximos años, el rescate fiscal de marzo de 2021 no anticipó ningún tipo de contrapartida por el lado de los ingresos tributarios. La irresponsabilidad fiscal en el inicio del Gobierno de Biden tuvo un rol fundamental en la erosión de las expectativas inflacionarias y la credibilidad del programa.

Como advierte el economista John Cochrane, las expectativas de las personas no pueden ser engañadas sistemáticamente por el Gobierno, y el déficit fiscal se tornó “inflacionario” en el momento en que la promesa para eliminar el desequilibrio y financiar el remanente con deuda real dejó de ser creíble. Este esquema se conoce como “inflación fiscal” y fue completamente subestimado, e incluso omitido, por los diagnósticos de Yellen.

Fuente: La Derecha Diario

Suscríbete para recibir nuestras últimas noticias

Al enviar este formulario, acepto los términos.