Redacción BLes – Durante la Cumbre por la Democracia organizada por Estados Unidos la semana pasada, se interrumpió la presentación por video de una ministra taiwanesa justo en el momento que mostraba un mapa donde se veía a Taiwán con un color diferente al de China. Según le aseguraron algunas fuentes a Reuters, el abrupto corte se realizó a instancias de la Casa Blanca. 

La ministra digital de Taiwán, Audrey Tang, estaba compartiendo en diapositivas un mapa que mostraba con claridad la independencia de la isla, hecho que al parecer causó gran desconcierto entre los funcionarios estadounidenses debido a la tensión que rodea a la llamada “política de una sola China”.

Así es que en el momento en el que apareció el mapa, la transmisión del video se cortó y solo permaneció el audio de la ministra Tang con una leyenda en la pantalla que decía “Ministra Audrey Tang Taiwán”.

Algo más que reafirma que a la Casa Blanca le incomodó la diferenciación entre Taiwán y China en la conferencia fue el hecho de que más tarde se leyó en la pantalla un descargo de exención de responsabilidades que decía: “Las opiniones expresadas por los individuos en este panel son las del individuo, y no reflejan necesariamente los puntos de vista del gobierno de Estados Unidos”.

El mapa que incluyó Tang en su presentación era el codificado por colores elaborado por la ONG sudafricana CIVICUS, el cual clasifica el mundo según su apertura sobre los derechos civiles. Taiwán en dicho mapa tiene color verde, lo que la convierte en la única entidad regional descrita como “abierta”, mientras que todas las demás, que incluyen a China, Laos, Vietnam y Corea del Norte, fueron etiquetadas como “cerradas”, “reprimidas”, “obstruidas” y coloreadas en rojo.

Acorde a lo que una fuente, que no reveló su nombre, le dijo a Reuters, luego del hecho, la Casa Blanca se molestó con la administración de Taiwán porque al parecer, la diapositiva del mapa no había aparecido durante las pruebas de la presentación antes de la cumbre. 

“Se atragantaron”, dijo sobre la reacción de la Casa Blanca, tras lo cual se involucró el envío de varios correos electrónicos entre autoridades gubernamentales de ambos países.

Y otra fuente que formaba parte de la cumbre, según indicó el medio, aseguró que la interrupción fue por orden de la administración Biden. “Se trataba claramente de preocupaciones políticas”, dijo.

Las fuentes sugirieron además que esta acción dejaba entrever que el apoyo a Taiwán por parte de EE. UU. no es tan “sólido como una roca”.

Respecto a esto el medio, Taiwan News, criticó la aparente dualidad de EE. UU. diciendo que su enfoque se basa en “no tomar una postura clara sobre si Taiwán es realmente parte de China”.

No obstante tanto la ministra Tang como el Departamento de Estado de EE. UU. negaron que esto tuviera algo que ver con la aparición en pantalla del mapa, y lo desmintieron al medio alegando problemas técnicos en el uso compartido de la pantalla.

Las directrices que rigen desde 2020 sobre la cartografía del gobierno de EU. UU., especifican que los mapas que muestran la soberanía con colores deben tener un color unificado para Taiwán y China. 

Sin embargo, Bonnie Glaser, del grupo independiente de expertos en políticas públicas estadounidense, German Marshall Fund of the United States, aseguró que estas directrices no se aplican a un mapa de un gobierno no estadounidense, “pero es probable que Estados Unidos quiere evitar que parezca que respalda que Taiwán no es parte de China”, dijo, en referencia a lo sucedido con el mapa de la cumbre.

El Partido Comunista chino (PCCh) considera a Taiwán como parte de su territorio y ha venido amenazando con recuperar la isla por la fuerza, por lo que constantemente aumenta el envío de aviones de combate a su zona de identificación de defensa aérea (ADIZ).

Las tensiones entre Estados Unidos y el régimen chino se han intensificado a medida que el régimen ha aumentado la presión militar sobre Taiwán.

Según reportó BLes a comienzo del mes, la Casa Blanca, tras las conversaciones entre la administración Biden y el régimen chino, aseguró que “Estados Unidos sigue comprometido con la “política de una sola China, guiada por la Ley de Relaciones con Taiwán, los tres comunicados conjuntos y las seis garantías”, y que “se opone firmemente” a cualquier medida que altere el “statu quo” en la región o “socave la paz y la estabilidad a lo largo del estrecho de Taiwán”.

Entre tanto, Tsai Ing-wen, la presidenta de Taiwán, ha dejado en claro que su país no se dejará amedrentar, y que “seguirá intensificando la cooperación con Estados Unidos para defender nuestros valores compartidos de libertad y democracia y garantizar la paz y la estabilidad en la región”.

Vanesa Catanzaro – BLes 

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