Redacción BLes– El hambre y la desnutrición han sido una constante desde que el comunismo tomó el poder de Corea del Norte. Pero la situación habría empeorado considerablemente tras un aumento descontrolado de los precios. Bajo este escenario los líderes presionan a sus ciudadanos para “reducir la cantidad de comida que comen” al menos hasta 2025 cuando esperan que se alivie la crisis.
El régimen comunista de Corea del Norte le ha dicho a su pueblo literalmente que se debe “apretar el cinturón”, durante al menos otros tres años más antes de que su líder Kim Jong Un decida reabrir la frontera terrestre del país con el régimen chino, informó Fox News.
Desde que comenzó la pandemia en 2020 Corea del Norte decidió cerrar su frontera con su principal aliado, China, provocando serios problemas a las importaciones de materias primas, alimentos y productos esenciales.
Ante la escasez de alimentos, sumado a una serie de políticas económicas erráticas, los niveles de inflación se han vuelto incontrolables provocando la consecuente caída del salario real de los ciudadanos, el cual ya era en promedio extremadamente bajo.
“Algunos de los residentes están diciendo que la situación en este momento es tan grave que no saben si podrán sobrevivir al próximo invierno”, dijo un entrevistado durante un programa de Radio Free Asia (RFA).
“La situación alimentaria en este momento es ya claramente una emergencia, y la gente está luchando contra la escasez. Cuando las autoridades les dicen que tienen que conservar y consumir menos alimentos hasta 2025… no pueden hacer otra cosa que sentir una gran desesperación”, agregó la fuente, quien solicitó no ser identificada por temor a recibir represalias por parte de las fuerzas de seguridad e inteligencia locales.
El propio líder del régimen comunista Kim Jong, reconoció en junio de este año la profunda crisis alimentaria que padece el país y en consecuencia instó a los funcionarios a encontrar formas de impulsar la producción agrícola señalando que “la situación alimentaria de la gente se está volviendo tensa”.
Como se mencionó anteriormente, el problema del hambre no es algo nuevo en Corea del Norte ni en ningún país comunista, de hecho el escenario prepandémico del país ya era extremadamente delicado, con un 40% de su población en condiciones de desnutrición y un 70% del país dependiendo de ayuda alimentaria, según un informe de las Naciones Unidas.
Ahora, la situación se ha potenciado tras el incontrolable aumento de precios de los alimentos que se produjo principalmente debido al faltante de las importaciones chinas, la condición de los ciudadanos norcoreanos es cada vez más precaria.
El régimen continúa culpando a las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos y Naciones Unidas, según destaca el informe escrito por las propias autoridades del régimen, pero en ningún momento han hecho pública ningún tipo de autocrítica.
En otras circunstancias los líderes comunistas también han culpado por la situación a las catástrofes climáticas padecidas durante los últimos meses, pero los entrevistados aseguraron que “los residentes no confían en la explicación de las autoridades”.
Mientras los ciudadanos norcoreanos continúan padeciendo hambre, Pyongyang ha reanudado las inversiones en desarrollo militar. Recientemente comenzaron nuevamente las pruebas de misiles, las más recientes ocurrieron el martes 26 de octubre cuando Corea del Norte disparó dos misiles balísticos al Mar de Japón.
Andrés Vacca – BLes.com