A una altura de 2.600 metros sobre el nivel del mar, Bogotá, la capital de Colombia, con 23 trenes movidos con electricidad, desplazando 1.800 pasajeros cada uno cada 3 minutos en horas pico, verá aliviadas sus necesidades de transporte urbano. Además el proyecto reducirá la emisión de CO2 a la atmósfera en 171.000 toneladas, en sus primeros 5 años de funcionamiento.
El Concejo Nacional de Política Económica y Social, CONPES, el organismo asesor del gobierno colombiano en materia de planeación, y máxima autoridad en el ramo, declaró de “importancia estratégica” el Metro de Bogotá y a partir de ahí se concretó el convenio entre la Nación y el Distrito para que se convirtiese en realidad.
La inversión de US$5.000 millones se ha programado en los respectivos presupuestos de los dos entes que intervienen en la financiación de la importante obra urbanística, para el trayecto inicial de 24 km.
El año próximo se ejecutarán obras previas tales como “traslado de redes subterráneas eléctricas, de acueducto, telecomunicaciones y gasíferas, y la compra de predios necesarios para levantar el proyecto” según lo expresado en la página de la Alcaldía de Bogotá.
En un plazo de 4 años los bogotanos y demás habitantes de la principal urbe colombiana, de más de 8 millones de personas, verán cumplidos sus anhelos durante varias décadas aplazados, alcanzando así, en materia de transporte urbano, a las principales ciudades del mundo.