Redacción BLesEl Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés), etiquetó nuevamente al régimen comunista chino como el mayor encarcelador de periodistas del mundo por tercer año consecutivo. La organización calificó al 2021 como “un año especialmente sombrío para los defensores de la libertad de prensa”.

Mientras se avecinan los polémicos Juegos Olímpicos de invierno en Beijing y las críticas internacionales por la ausencia de derechos humanos aumentan diariamente, ahora se suma el informe de la CPJ que anuncia nuevamente al régimen chino como el principal perseguidor de periodistas a nivel mundial.

La CPJ manifestó su preocupación por el aumento de periodistas encarcelados durante el último año en todo el mundo, aunque puntualizó el caso chino por ser el país con mayor cantidad de prisioneros de este tipo.

Tampoco pasó por alto la creciente persecución de periodistas en el anteriormente libre Hong Kong, la desaparición de periodistas chinos que intentaban documentar el mal manejo del gobierno de la pandemia de coronavirus chino en casa y el genocidio en curso del pueblo uigur en Turkestán Oriental entre los factores agravantes. en los ataques del Partido Comunista Chino a la libertad de prensa.

En lo particular, el informe identifica dos casos puntuales de conocimiento público, el encarcelamiento de Jimmy Lai, fundador del Apple Daily de Hong Kong  y declarado anticomunista; y Zhang Zhan, un periodista ciudadano que desapareció bajo la custodia del Partido Comunista en 2020 después de filmar el desastroso manejo del brote de coronavirus chino en Wuhan, donde se originó el virus, a principios de 2020.

La persecución en Hong Kong se intensificó vertiginosamente en 2020, luego de que fue aprobada la “ley de seguridad nacional” en China, que le permitió al gigantesco aparato estatal acceder a un control absoluto de las personas en la ciudad semiautónoma de Hong Kong.

La “ley de seguridad nacional” exige una sentencia mínima de diez años de prisión para cualquier persona declarada culpable de “terrorismo”, “incitación a la secesión”, “incitación a la injerencia extranjera” o “subversión del poder estatal”. Todas estas causas resultan sumamente ambiguas y fácilmente de aplicar sobre cualquier persona disidente del régimen.

Toda esta situación se vuelve más grave al considerar que en pocos meses China volverá a ser anfitrión de los Juegos Olímpicos de invierno, y por lo tanto se espera que miles de periodistas y funcionarios de todo el mundo visiten el país. 

La preocupación por la ausencia de garantías legales en China es tan grande que Australia, Reino Unido y Canadá se sumaron al reciente boicot contra los Juegos Olímpicos de Beijing 2022 anunciado por Estados Unidos, acorde a lo que reportó Reuters.

La vocera de la Casa Blanca, Jen Psaki, anunció inicialemente el lunes 6 de diciembre el boicot diciendo: “La administración Biden no enviará ninguna representación diplomática u oficial a los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Invierno de Pekín 2022, dado el genocidio y los crímenes contra la humanidad que está cometiendo [China] en Xinjiang y otros abusos contra los derechos humanos”.

Dos días después, el Primer Ministro del Reino Unido Boris Johnson se sumó a la iniciativa anunciando que “habrá efectivamente un boicot diplomático de los Juegos Olímpicos de Invierno en Beijing, no se espera que asistan ministros ni funcionarios”.

Mientras que, según informó Al Jazeera, el Primer Ministro australiano Scott Morrison dijo el mismo día que la medida se da luego de agotar los canales diplomáticos con China para discutir sobre sus diferencias y sobre los abusos de derechos humanos en la región occidental de Xinjiang.

Por su parte Justin Trudeau, Primer Ministro de Canadá, le dijo el miércoles a los periodistas: “Muchos socios en todo el mundo están extremadamente preocupados por las repetidas violaciones de derechos humanos por parte del gobierno chino. Por eso anunciamos hoy que no enviaremos ninguna representación diplomática a los Juegos Olímpicos de Beijing”.

Si bien un boicot diplomático de este tipo no implica una ruptura real con China, ni mucho menos, pero sí puede llegar a ser un golpe duro contra la imagen del régimen comunista que de a poco va dejando expuesta su crueldad y perversidad.

Andrés Vacca – BLes.com

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