Grandes medios como Clarín, La Nación, Infobae y Página 12 malinterpetaron la noticia divulgando la noticia falsa de que Israel exoneró a Irán, mientras que la noticia real es exactamente lo contrario.

Una investigación del Mossad, la agencia de inteligencia de Israel, concluyó después de 10 años de recolección de información que ambos ataques a la Embajada y la AMIA en Buenos Aires, Argentina, durante la década del 90, fueron cometidos por la organización terrorista libanesa Hezbolá.

Según los hallazgos, el grupo chiita envió una cantidad desconocida de operativos, por lo menos cinco, a la Argentina, bajo orden del régimen de Irán, que controla los hilos de esta agrupación paramilitar. El entonces gobierno de Akbar Rafsanyaní financió ambas operaciones, pero no dio apoyo directo en suelo argentino, una sospecha que la justicia argentina investigó por décadas.

Según el gobierno israelí, este grupo comando de Hezbolá tampoco tuvo apoyo de la Policía bonaerense o funcionarios argentinos, otra de las grandes sospechas que investigó la infame Causa Brigadas, que finalmente se cierra como un triste episodio más de la corrupción judicial argentina.

Hubo un fuerte malentendido periodístico de parte de los principales diarios argentinos sobre esta información. El primer medio importante en publicar el reporte fue el New York Times, en un artículo que fue malinterpetado por medios como Clarín, La Nación, Infobae y Página 12, que tal vez por razones políticas o simplemente una mala traducción del inglés, dijeron que Irán no tuvo nada que ver con los atentados.

La investigación dice exactamente lo contrario. Confirma por primera vez en 30 años que fue el régimen iraní quien ordenó, financió, y preparó los ataques, pero dice que no los ejecutaron agentes de la VAJA, la central de inteligencia de Irán, o comandos de las IRGC, las Fuerzas Revolucionarias Iraníes.

Los perpetradores fueron, según esta investigación, terroristas libaneses que actuaron bajo órdenes de Irán, para atacar los dos enclaves israelíes más importantes en Argentina, un país que en la década del 90 se había alejado del eje soviético para firmar el consenso de Washington.

“El artículo dice claramente que detrás de los atentados está Irán; y que en ambos casos el brazo que los llevó a cabo es el brazo terrorista de Irán, que es Hezbollah”, dijo Lior Haiat, director del Centro Nacional de Diplomacia Pública, en una entrevista con Clarín, medio que debió rectificar su artículo original.

El primer párrafo de la nota es claro. “Los ataques fueron llevados a cabo por una unidad secreta de Hezbolá cuyos agentes, contrario a las afirmaciones generalizadas, no fueron ayudados a sabiendas por ciudadanos argentinos ni asistidos en el terreno por Irán“, dice el artículo, asegurando que no recibieron ayuda en el suelo argentino, pero que sí lo hicieron previamente, cuando planificaron los ataques.

Resulta extraño que todos estos medios se hayan confundido en la traducción, cuando el propio New York Times da la posibilidad de “leer en español” el artículo, donde la situación queda a prueba de errors para periodistas que no tienen un buen manejo del inglés.

Y el siguiente párrafo es incluso más claro. “La inteligencia israelí aún cree que Irán, que respalda a Hezbolá, aprobó y financió los atentados y suministró el entrenamiento y el equipo“, lo único que quedó desmentido es que Teherán tuvo un rol operativo en territorio argentino durante los bombardeos.

Por último, la investigación revela datos muy interesantes desconocidos hasta el momento. Por ejemplo, los terroristas de Hezbolá ingresaron los explosivos con los que construyeron el coche-bomba que finalmente destruyó la AMIA, en botellas de shampoo y en cajas de chocolate, que no fueron revisadas por la aduana.

El ataque contra el Embajada de Israel fue perpetrado el 17 de marzo de 1992 con un balance de 29 muertos y 242 heridos. En tanto, el ataque contra la sede de la AMIA, el 18 de julio de 1994, mató a 85 personas y causó heridas a unas 300 personas.

Ambos atentados son los dos actos de terrorismo internacional más sangrientos de la historia no solo de Argentina, si no que de todo Sudamérica. En total, en tan solo dos años, Irán fue responsable de 114 ciudadanos argentinos asesinados, y por culpa de la la grieta política y de la corrupción judicial, estas personas nunca tuvieron justicia.

Al día de hoy, las personas identificadas como quienes planificaron el ataque se ubican en altos cargos ejecutivos en los gobiernos de Irán y el Líbano. El único consuelo para los familiares de las víctimas es que aquellos involucrados con los ataques que no llegaron a puestos altos dentro del Estado, fueron asesinados clandestinamente por el Mossad israelí.

Fuente: La Derecha Diario

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