Lo hará en un acto el 6 de enero y presidirá hasta 2023. El Gobierno lo considera el primer gran triunfo en política exterior desde que llegó a la Casa Rosada hace más de 2 años.
Argentina asumirá la presidencia pro-tempore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) luego del mandato de dos años de México.
Alberto Fernández asumirá con una ceremonia que organizó para el 6 de enero con una recepción en el Centro Cultural Kirchner (CCK) y el día siguiente continuará con una reunión presencial de los cancilleres de los países del organismo en la Casa Rosada, donde el mandatario argentino explicará sus planes para su periodo que durará hasta 2023.
Fuentes del Gobierno anticiparon que Alberto buscará adoptar un rol de mediador de los principales conflictos abiertos en Venezuela, Cuba y Nicaragua, tratando de incorporar a estos países nuevamente a la comunidad latinoamericana, sin pedirles que cambien sus políticas de Estado de extrema izquierda antidemocráticas.
México ya se había planteado el mismo objetivo durante su mandato, y el presidente Andrés Manuel López Obrador llegó a mediar un acuerdo entre la dictadura castrochavista y la oposición para que se celebren elecciones legislativas en Venezuela.
Sin embargo, aquellas elecciones fueron un fiasco. Hubo menos del 18% de participación ciudadana, Maduro cometió un fraude a plena luz del día y se adjudicó victorias en todos los estados del país. Lo único que logró México fue legitimar la dictadura, terminar de doblegar a la oposición y darle un renovado mandato legislatuvo al PSUV para seguir con su régimen tirano. Algo parecido tratará de hacer Alberto Fernández.
La presidencia de Argentina es una consecuencia directa de la gestión de Felipe Solá, quien antes de ser expulsado de su cargo por Cristina Kirchner había confirmado el apoyo de 22 de los 33 países, incluido gobiernos no afines al kirchnerismo como Ecuador y Colombia.
Pero no fue el apoyo lo más importante que consiguió el ex canciller, si no que Solá logró que Argentina llegue como el único país candidateándose a liderar la Comunidad regional, y se espera que reciba el voto de 32 países, con el voto de Brasil siendo una abstención, ya que se autexcluyó de la CELAC por orden de Bolsonaro para no legitimar a un organismo que según el mandatario de derecha busca reivindicar las dictaduras comunistas de la región.
López Obrador y Alberto Fernández están desde 2019 intentando que la CELAC se convierta en un organismo que le haga frente por izquierda a la OEA, que está bajo la conducción de Luis Almagro y se opone a las dictaduras comunistas en Latinoamérica.
Otro cálculo que hacen en el Gobierno es sobre Brasil y la posible victoria de Lula en octubre de 2022. “La vuelta de Lula puede darnos mucho más impulso en la CELAC“, aseguran funcionarios del Palacio San Martín. Desde la asunción de Bolsonaro, Brasil dejó de ser parte tanto de CELAC como UNASUR por considerarlos dominados por el Foro de San Pablo.
La última cumbre de la CELAC se produjo en medio de la crisis desatada tras la brutal derrota del kirchnerismo en las PASO y cuando volvía de viaje se enteró Solá que dejaría de ser el ministro de Relaciones Exteriores. No obstante, el Gobierno considera esta posibilidad la primera victoria de Alberto Fernández en política exterior desde que llegó al poder y se entusiasman con ser por primera vez un protagonista en la región.